Tras un ataque vandálico en la madrugada del sábado al domingo, la sede de Podemos en Cartagena amaneció con pintadas dedicadas al general Francisco Franco y al Valle de Los Caídos, el monumento dedicado a su memoria. Un grupo de simpatizantes franquistas dibujaron en el edificio de la formación morada en Cartagena el siguiente alegato: «El Valle no se toca». Junto a él, aparecían varias pegatinas del dictador y otra con la cruz del Valle de los Caídos.

El portavoz de Podemos en la Asamblea Regional, Óscar Urralburu, se apresuró a denunciar los hechos a través de su cuenta de Twitter, recordando el pasado antifranquista de la localidad: «Cartagena es una ciudad que ha sobrevivido sin miedo ataques fascistas y sin miedo va a continuar defendiendo y luchando por la memoria democrática, la justicia social y la libertad». Urralburu entiende que ataques como este demuestran «la falta de tolerancia y de forma de pensamiento democrático de una ideología que debería estar extinta en nuestro país, pero que, de vez en cuando rebrota, como está ocurriendo en toda Europa».

Una de las voces con más peso en la formación morada, Iñigo Errejón, también criticó duramente el acto vandálico a través de las redes sociales: «Si fuese en Cataluña abriría informativos. Es en Cartagena, en la Región de Murcia. Pensarán que así hostigan a los compañeros. Pobres de aquellos que solo tienen pasado. Estamos decididos a vivir en una España que homenajea sólo la libertad, justa y digna»

Lo sucedido en la sede de Podemos en Cartagena constituye una nueva manifestación de grupos de extrema derecha que protestan contra la exhumación del dictador del Valle de Los Caídos, y la transformación del monumento en un lugar de reconciliación, tal y como pretende el Ejecutivo de Pedro Sánchez, apoyado por Podemos, con el objetivo de cumplir con la Ley de Memoria Histórica de 2007. La formación morada se apresuró a limpiar la fachada del edificio, que fue inaugurado hace apenas un mes.