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Mi selfie con...

Mi selfie con... el cantaor Agustín Garnés García

Agustín, de 33 años, ha llevado el flamenco a todas las tascas típicas murcianas

Mi selfie con... el cantaor Agustín Garnés García

Tiene 33 años, nació en Murcia en el castizo barrio de Santa Eulalia, junto a las antiguas puertas del reino. Estudió en el colegio de los padres capuchinos y terminó sus estudios de informática en el IES Aljada de Puente Tocinos. Agustín, hijo de Juana, que siempre está canturreando por herencia de su padre, ha vivido el flamenco desde el mismo día de su nacimiento. Mientras otros niños jugaban al balón en la calle, a él lo que le apetecía era cantar. Fue creciendo y su cante lo llevó con la pandilla a todas las tascas típicas murcianas, donde entre correntales, sobrasadas y jalufos, nunca faltaba su flamenco.

Un día estaba cantando en la calle cuando lo escuchó un guitarrista de Murcia, Alberto, y, maravillado por su desgarrada voz, le pidió que se dedicara a cantar con él, por lo que a sus 20 años empieza. Es en este tiempo cuando vio en el periódico que abrían la escuela de la Fundación del Cante de las Minas, por lo que se inscribe en ella arrastrado por su gran pasión. Es allí donde entra en contacto con dos estandartes del flamenco como son Antonio Muñoz Fernández y Carlos Piñana, las dos familias mas importantes del flamenco en la Región. Cuando Muñoz le pide que se vaya a cantar con él, le dice que sí, sin pensarlo, subiéndose al barco ´Titanic´ del cante flamenco.

Poco tiempo después, el académico guitarrista Carlos Piñana, que ya había valorado su cante, le otorga una beca de estudios, lo que le permite perfeccionar su estilo y profundizar con su voz en las raíces flamencas. Las ofertas para cantar le empiezan a llover, actuando con Antonio Muñoz, Carlos Piñana, Eugenia Iglesias de Argentina, Mártires del Compás, Fran Tornero, Lucía Albarrán, Yolanda Osuna, Juan José Navarro el Junco, Maire Margaz... Ha actuado en Madrid, Valencia, por toda Andalucía, Extremadura, y en el extranjero, Rusia, Francia, República Checa, y pronto en Israel y Arabia Saudí.

Agustín me explica que el flamenco tiene ramificaciones que se llaman palos flamencos, como el fandango, cante minero, bulerías, alegrías, tantos tientos...

-Y tú, ¿a qué palo le das?

-¡A todos!, me responde.

-¡Ay, Agustín!, porque te veo muy serio, si no te sacaba un chiste con eso de que le das a todos los palos. Pero, en fin, ¿cuál es tu preferido y qué canción te gusta más?

-Mi palo preferido sin compás es la malagueña, y a compás, la alegría.

Le gusta cocinar, especialmente los spaghetti a la carbonara y la paella, pero se le hace la boca agua hablando de la fabada que hace su padre Julián -de los efectos secundarios no dice nada- y de la exquisita lasaña de su madre. Su deporte preferido es el baloncesto, donde llegó a jugar con los cadetes del Murcia. Usa colonia Hugo Boss y le encanta la ropa de Pedro del Hierro. Tiene una tortuga y peces de colores. Me cuenta como anécdota que una vez lo entrevistaron en inglés, idioma que ni chapurrea, dentro del consulado español en Bratislava. Se puso muy nervioso y cuando le preguntaron cómo se sentía, que sensaciones tenía y él contestó «at de momento very very very smail»€, el inglés le dijo en su idioma «¿tienes algo más que decir?», contestándole «nacing, nacing, nacing€», haciendo que todos los presentes cayesen al suelo de la risa.

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