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­El chef murciano estrella Michelín Pablo González-Conejero ofreció ayer en el CIM de Cartagena una ponencia sobre liderazgo a unos 50 enfermeros de los hospitales Rosell y Santa Lucía.

¿Qué hace un chef Michelín enseñando a unos enfermeros?

Pues es raro porque los cocineros no sabemos cómo funciona la Sanidad. Pero sí que sirve para mostrarles cómo conseguimos motivar a un equipo humano.

Una cocina es lo más parecido a las Urgencias de un hospital, sobre todo por el estrés...

Bueno, no lo sé. En la cantidad de estrés seguro que sí. Al final siempre hay que combatir la rutina porque todo trabajo tiende a ser rutinario. Hay que inventar mecanismos para convencer a tus trabajadores de que cada comensal es diferente y necesita lo mejor. Igual pasa con los facultativos y los pacientes de un hospital.

¿Qué receta ha elaborado para motivar al personal?

Hay que evitar muchas cosas. Lo fundamental es no caer en la rutina. En nuestro restaurante lo conseguimos haciendo distintos eventos durante el año como cenas solidarias, ponencias, encuentros con grandes chefs o ferias culinarias como Murcia Gastronómica. De todos modos, la clave está en la predisposición del trabajador. Tiene que creerse lo que está haciendo e involucrarse en las cosas que se plantean.

Liderar una cocina no debe ser tarea sencilla.

No hay nada fácil, pero tampoco hay que ser un Einstein. Al final es unir a un grupo de gente afín con buen rollo y en el que se hagan las cosas por sentido común. Sin tu equipo no eres nadie.

¿Cómo ve la moral del personal sanitario? A ellos no le dan estrellas Michelín...

Tienen un público poco agradecido. Y tienen que trabajar en un entorno difícil, con algunos pacientes maleducados que acaban quemando al personal sanitario. Sus jefes tienen que proponerles cosas diferentes para que recuperen la ilusión del primer día.