«Mira mamá, Melchor me ha tirado gominolas. Nunca habían tirado chuches», de decía el pequeño Abraham a su progenitora en la calle Santa Florentina al descubrir que este año, los Reyes Magos se guardaban una sorpresa boja la manga en su ya tradicional Cabalgata por las calles de la ciudad, que suma 15 años, como bien recordó Gaspar por la mañana. Pero no fue la única sorpresa para los más pequeños.

Y es que, todos los personajes infantiles más conocidos no quisieron perderse el recorrido de la comitiva real por las calles cartageneras, lo que provocó que miles de niños llenaran el itinerario de Sus Majestades desde su salida en la calle Francisco de Borja, desde donde ya salió el pasado año por primera vez, hasta la plaza del Ayuntamiento, donde finalizó el cortejo.

Personajes de Barrio Sésamo, los conocidos Minions, el ejército imperia de La Guerra de las Galaxias junto a su líder Darth Vader, Tadeo Jones, la Edad de Hielo o los personajes de los cuentos más famosos, como Cenicienta, formaron parte de la Cabalgata que repartió siete toneladas de caramelos y más de 14.000 peluches entre los más pequeños que volvían a ver a los Magos de Oriente en su camino para recorrer todos los hogares del mundo para llevar la felicidad.

Junto a los personajes más conocidos, nueve carrozas se sortearon entre las asociaciones de vecinos de todo el municipio para que también tuvieran representación entre la comitiva real. Asimismo, una de las carrozas contó con la participación de niños del colectivo Asido, gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento y El Corte Inglés por el que cada año será una asociación municipal de ayuda a personas con discapacidad la que pueda participar en el recorrido de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Los tres grandes magos fueron los que cerraron el cortejo acompañados por las bandas de música de Santa Cecilia, Nuestra Señora de la Soledad y Sauces, que interpretaron las canciones más conocidas de la época navideña así como éxitos de películas infantiles.

«Esta mañana le he dicho a Gaspar que quería un muñeco y me lo ha tirado ahora», decía con ojos que casi se le escapaban de sus cuencas Alberto a su padre subido sobre sus hombros.

Poco a poco, la Cabalgata iba paso a paso llegando a su final, mientras que los pequeños y los no tan pequeños se las ingeniaban para poder recoger cuantos más caramelos mejor. Bolsas de la compra, chaquetones abiertos, cubos de la playa... todo valía para conseguir uno de los miles de caramelos con los que Sus Majestades quisieron obsequiar a los niños durante su recorrido.

Parada solidaria

Antes de iniciar su tradicional cortejo real, los Reyes Magos acudieron como es costumbre al hospital de Santa Lucía y al Hogar de la Infancia, donde visitaron a los niños que no pudieron acudir a la Cabalgata.