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Tal y como apunta el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en su propia página web, «la utilización de las deyecciones ganaderas como fertilizante orgánico es tan antigua como la propia historia del ser humano», puesto que «desde el Neolítico, la integración de la ganadería y la agricultura han contribuido a diseñar y conservar el medio ambiente que ahora conocemos», sostiene.

En este sentido, admite el Monisterio que «la intensificación de la actividad agraria favorece el desarrollo económico, pero puede alterar el equilibrio entre los sistemas agrícola y ganadero y causar impactos significativos sobre el medio ambiente».

«Por tanto, se hace necesario adoptar medidas especiales que corrijan estos impactos», destacan desde el Ministerio, que tiene claro que «el respeto al medio ambiente es uno de los pilares del desarrollo sostenible y una de las prioridades de la UE en la búsqueda de una agricultura multifuncional al servicio de sus ciudadanos, siendo además un elemento clave para la lucha contra el cambio climático».

«En conclusión, la aplicación de principios de gestión sostenible de los recursos naturales y los subproductos generados por la actividad primaria (en particular, la ganadería) es la respuesta a esta creciente demanda ambiental, lo cual supone un esfuerzo importante para el sector y las administraciones», remarca.

En el caso de la Región de Murcia, la cabaña ganadera regional está reconocida por su alto nivel de producción, su calidad y su excelente estado sanitario. En las últimas décadas la ganadería ha experimentado importantes cambios, derivados, principalmente, de la industrialización iniciada en la década de los años sesenta, con la aparición de mataderos y otras instalaciones independientes de las explotaciones rurales, aunque muy ligadas a ellas. El número de explotaciones ha ido disminuyendo y ha aumentado la superficie y modernización de las mismas, con el objeto de potenciar la productividad. En la cabaña ganadera se han efectuado mejoras sanitarias, así como una selección de especies autóctonas e introducción de razas importadas con las que conseguir un ganado más rentable.

Destacan razas autóctonas como el Chato Murciano, la Cabra Murciano-Granadina y el Cordero de Segura y La Sagra, así como productos derivados con Denominación de Origen, tales como el Queso de Murcia y el Queso de Murcia al Vino.

Más ecológica, más calidad

A finales del mes de enero, el presidente de la Región anunciaba la puesta en marcha de un Plan Regional de Ganadería «para hacer nuestro sector más competitivo, más sostenible y más avanzado tecnológicamente, que mantenga la calidad del producto y nos consolide como referentes a nivel nacional».

En la ganadería ecológica se prohíbe el uso antibióticos de manera preventiva, algo que se debería evitar por norma general para prevenir los graves problemas de salud que provocan la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos. La leche o la carne ecológica tienen mayores contenidos en ácidos grasos saludables, debido a que la alimentación de los animales se realiza principalmente en base a pasto y forraje.

El rural murciano es indudablemente un medio de altísimo valor medioambiental, un medio donde la producción agrícola y ganadera solo se puede entender como una producción de calidad, en consonancia con el medio, con el bienestar animal, con la seguridad alimentaria y con la conservación de la naturaleza.