Cuatro décadas dan para mucho y el alcalde de Ricote, Rafael Guillamón,afirma que en este tiempo ha sido testigo de la transformación de este municipio, «actuaciones que han ido encaminadas a cubrir y paliar las necesidades básicas de los ciudadanos, tales como servicio de aguas tanto en el casco urbano como en las pedanías o diseminado, igualmente en lo relativo al servicio de recogida de basura, y, además, ha habido actuaciones de electrificación rural que han redundado en beneficio de los ciudadanos».

Entre las mejoras están el asfaltado de diversos caminos vecinales, tanto existentes como de nueva apertura, «suponiendo ello una mejor vertebración de las distintas pedanías con el pueblo de Ricote y con otros pueblos limítrofes».

Asimismo, se han ido ejecutando inversiones encaminadas fundamentalmente a satisfacer necesidades básicas de los ciudadanos, tales como la implantación del alcantarillado en el casco urbano, la ampliación de la red de abastecimiento de agua potable tanto en el pueblo como en las distintas pedanías del diseminado, las mejoras en el pavimento de las calles del pueblo; las obras de electrificación rural; la ampliación del servicio de recogida de basura en la zona del campo. También cabe destacar la implantación del riego por goteo en la huerta de Ricote, sustituyendo casi en su totalidad al sistema de riego tradicional, «lo cual ha supuesto que una de las mayores fuentes de riqueza del municipio todavía perdure y subsista, pues estaba abocada a su desaparición con el sistema tradicional de 'riego a manta'.

El primer edil reconoce que «algunas de las actuaciones indicadas arriba se pragmatizaron algo más tarde que en otros municipios, y esa tardanza justifica que el fenómeno del éxodo rural y la despoblación hayan sacudido con gran virulencia al municipio de Ricote, lo cual se constata viendo como la línea que marca el descenso de la población presenta una trayectoria de caída en picado, de tal forma que en las primeras elecciones democráticas de los años 80 la corporación municipal era de 11 miembros y ahora ha bajado a los nueve actuales».

Rafael Guillamón ocupó en cargo e 15 de junio de este mismo año. Considera que «Ricote es un pueblo maravilloso, durante este mandato nos gustaría que lográsemos mostrarlo al mundo, impulsar un turismo sostenible y dar a conocer su patrimonio e historia, el valor de su entorno. Además, quisiéramos mejorar su estructura con el fin de favorecer el crecimiento de la población».

Los retos a los que se enfrentan es combatir la despoblación y apostar por el incremento y desarrollo del turismo rural, mejorando las vías de comunicación al casco urbano e implantando líneas de transporte de viajeros que crucen todo el municipio.

Por lo que respecta al sentir general de los ricoteños sobre la política el alcalde señala que «la gente se muestra desilusionada, hay mucha desconfianza y pocas perspectivas, por esto mismo una de nuestras labores es hacer cambiar de opinión a la gente con hechos».

Ricote es un municipio que se encuentra mal comunicado con el resto de la Región, siendo esto un hándicap considerable que afecta al crecimiento de la población, por eso Guillamón subraya que su mayor deseo «es que dentro de 40 años se hayan dado los avances necesarios para que tengamos unas comunicaciones óptimas tanto con autovías regionales como con zonas más rurales, para que así nuestros jóvenes puedan afianzar sus vidas aquí, y para que los viajeros que nos visitan gocen de una mejor accesibilidad a nuestro municipio y disfruten de todas sus lindezas».

Más financiación para los ayuntamientos

Rafael Guillamón lamenta que la falta de financiación que sufren los ayuntamientos, sobre todo los pequeños, limite mucho el progreso y desarrollo. «El municipalismo entendido como expresión de la realidad municipal­ -señala- necesita de una mayor y mejor financiación, pues los Ayuntamientos tocan o están muy relacionados con todas las materias, al ser la institución más cercana al ciudadano, y la actividad no es concebible si no hay una buena dotación presupuestaria y de personal cualificado, sobre todo en los Ayuntamientos pequeños como puede ser el de Ricote».

Guillamón es partidario de que los mandatos sean de dos legislaturas, es decir, 8 años. En cuanto al trato que reciben los Ayuntamientos por parte de la Comunidad Autónoma considera que «puede ser mejorado, principalmente en el aspecto económico».

Valora la labor de sus predecesores en el cargo «pues aquí en Ricote supone un gran sacrificio y dedicación, «y considero que todos han tratado de conseguir y hacer lo mejor por su pueblo», siendo en esta última idea en la que se inspira.

Por lo que respecta al trato que mantiene con los vecinos, apunta que es «cercano, cordial y continuo. Procuro entender sus peticiones y dar soluciones dentro de mis posibilidades»