Antonio Cama, que se doctoró como torero en su Cieza natal, consiguió hacerlo de la mejor manera posible, abriendo la Puerta Grande de la Deseada, tras cortar una oreja al burel con el que tomó la alternativa y otra al segundo de su lote. Cama demostró un buen equilibro en los tres tercios de ambas faenas: con el capote estuvo firme. Colocó banderillas, incluyendo un par al violín y otra al quite y con la muleta dejó buen sabor de boca ante la media entrada que tuvo la tarde. Su padrino de alternativa, Padilla, consiguió desorejar a su primero y al segundo sumó el rabo. Jiménez Fortes, que actuó como testigo, obtuvo una oreja en el primero, que lo volteó sin consecuencias, y otra en el segundo. Cama cumplió con la tradición torera de la zona, vestirse en la popular Venta del Moro, allí en la soledad de su habitación donde se quedan los miedos cuando el hombre se viste de luces y se convierte en torero, estuvo acompañado del diestro de Cehegín Antonio Puerta, del que Cama forma parte de su equipo. Acompañándolo en esos momentos de gloria estuvo Cándido, su mozo de espadas