Antes de clase, a las ocho y cuarto de la mañana, estábamos ya en el campito de fútbol recién remodelado del Colegio María Maroto, al que todos llamaban La Aneja. Jugábamos con petos, y un solo partido a tres equipos o cuatro, según el número de madrugadores entre cuarto y octavo curso. Hacer un quiebro a un mayor suponía honores para una o dos semanas. Habíamos aprendido la palabra ventrículo y éramos expertos en el neolítico superior, sabíamos hacer raíces cuadradas y diferenciar sujeto y predicado. Según avanzaba el calendario jugábamos a peonzas o canicas, y en el recreo al churro mediamanga mangotero, o a La una la mula; cuando no al elástico, al Hong Kong fui o a la comba. En Plástica ya habíamos hecho el juego de papel de los colores y entre clase y clase tocaba echarse un Arriba el lápiz. Leíamos los Cuentos por teléfono, de Gianni Rodari, los libritos de Elige tu propia aventura, El Pequeño Nicolás y comprábamos cómics con la paga de la semana. Había chicles de peseta, y al volver del cole recogíamos el pan de la bolsa en la puerta de casa para quedarnos las vueltas.

Aquel verano el Murcia subió campeón a Primera, con Sabadell y Mallorca. Ferrer, Pérez García, Juanjo, Vidaña, Núñez, Del Barrio, Miguel Sánchez, Guina, Figueroa, Moyano y Manolo. Ya teníamos una alineación para recordar, y no lo sabíamos, aunque aquellos clicks ya tuvieran sus nombres sobre la alfombra en la que radiábamos partidos. Porterías con cajas de zapatos y pelotas de papel de aluminio donde jugar el Mundial de México, con aquellos colores inolvidables y la pancarta de John 3:16, el 5-1 a Dinamarca, el gol fantasma de Michel y las lágrimas belgas. Aquel año la Vuelta a Murcia ya era el Gran Premio Costa Cálida€ cómo no nos iba a gustar recuperarla€

Los snorkels, Los osos amorosos, El gran héroe americano, El halcón callejero, Remington Steele, Canción Triste de Hill Street, Las chicas de oro, Se ha escrito un crimen€ Sí, todo esto se estrenó en la tele de 1986, aquella con sólo dos canales a la que había que acercarse para encender, apagar y cambiar al otro canal.

Sabíamos llamar al 003 en aquellos teléfonos grises, en un lugar de la casa que ya no existe, para pedir casi cualquier información, y nos enseñaban a buscar números en la Guía. Los ordenadores hacían ruidos y en la mayoría de las casas, no había. Los cumpleaños eran en torno a una mesa repleta de sándwiches de Nocilla. El accidente del Challenger, el Cometa Halley, el concierto de Queen en Wembley, el año en el que supimos que Barcelona sería sede olímpica, y descubrimos el agujero en la capa de ozono€ Acontecimientos que hoy, parece mentira que fueran todos con 12 meses de diferencia. Los niños que hoy tienen 9 años están en su 1986. Es bueno recordar todo lo que ya era parte de nuestra vida y emociones, treinta años después, y su recuerdo imborrable y mítico, para mirar al día de hoy. Es ahí, cuando aún eres un niño y quieres creer en todo, con 8, 9 o 10 años, cuando empiezan a estar guardadas todas las cosas que luego vas a necesitar, de alguna forma, en tu vida€

¿Cuál fue tu 1986? Vale.