desde el mismo instante en el que alguien destaca en alguna faceta de la vida, hay otro alguien que intentará desprestigiarlo, calumniarlo y, a ser posible, amargarle la existencia. Si la excelencia es conseguida en alguna rama cultural, apaga y vamonos. Conocido es de todos la ´preocupación´ que existe en este maravilloso país por la cultura; aquí, un escritor, por ejemplo, tiene que optar por perder la pensión que percibe por un trabajo realizado durante toda su vida y seguir escribiendo o dejar de escribir (bueno, dejar de publicar) y cobrar la pensión. O sea, cuando alguien está en plena madurez mental, plena potencia creativa ¡jodámoslo! y que se muera de asco. Lo más triste y terrible llega cuando una persona realizando un trabajo, el que sea, y a costa de muchos sacrificios personales y familiares decide compatibilizar responsabilidad laboral y labor creativa. Evidentemente si no interfiere la devoción con la obligación, en sus horas libres puede hacer lo que le venga en gana€ y si además le reporta unos eurillos, miel sobre hojuelas.

Ciñéndonos a la literatura son muchos los escritores que basan gran parte de lo que escriben en sus respectivas profesiones ya que conocedores como son de las mismas, más creíbles serán sus relatos. Hace unos días (me da lo mismo si está o no resuelto el caso) saltó, entre los que nos movemos entre libros y posteriormente a gran cantidad de lectores y medios nacionales e internacionales, la noticia de que el escritor Esteban Navarro Soriano, natural de Moratalla, afincado en la ciudad de Huesca y perteneciente al Cuerpo de la Policía Nacional ha tenido que cancelar sus actos literarios porque una denuncia de la comisaría de Huesca cuestiona sus actividades literarias, realizadas en su tiempo libre, como escribir novelas policíacas y, parece, también acusado de utilizar su condición de policía para promocionar la publicación de sus obras. Vamos a ver, si uno se mueve entre policías lo lógico es que lo que escriba sea sobre policías y todo el mundo que le rodea. Si además lo hace bien, como es su caso, mejor que mejor. Son muchas las obras publicadas por el autor, varios los años de trabajo, muchas charlas, muchos clubes de lectura, asistencias a jornadas de novela negra€ El pasado año participó en Cartagena Negra, sin cobrar un solo euro, dejando un sabor de boca muy difícil de superar. Con todo este currículo a sus espaldas ¿ahora se dan cuenta, en la comisaría, de que es escritor? Me da que en su última novela, Una historia de policías, ha pisado algún ´juanete´, o no.

Lo que va a ocurrir a partir de aquí es que la campaña de promoción la tiene hecha. Una vez leída la novela he de decir que no es como para expedientarlo, una novela más de policías. Personalmente tuve el honor de estar junto a él y presentarlo en un ´De cañas con€´ en Mister Witt Cafetería, en Cartagena; como he apuntado, antes en septiembre de 2016 fue invitado a CTNEGRA y más recientemente, el 30 de abril pasado, tuve la oportunidad de abrazarlo y charlar con él en la puerta de la comisaría de Huesca (hay constancia fotográfica). Me interesé por sus horarios, tanto laborales como creativos y tengo que confesar que hay que tenerlos muy bien puestos para aguantar el ritmo de trabajo, y el paralelo al mismo y no morir en el intento. Difícil es, y él lo cumple a rajatabla, rendir en lo profesional y en lo intelectual. De pasada me comentó el coste personal (monetario y familiar) que conlleva el compaginar todo. Ante personas así, mis respetos y admiración. Ante el denunciante o denunciantes, mi personal repudio y asco€ Una manera más de intentar frenar la cultura y censurarla ¿por qué?

Sus novelas dan una visión de los cuerpos policiales muy cercana al gran público, los hacen más humanos y si además se tiene la oportunidad de departir con Esteban ya es lo máximo. Reitero: ¿se han enterado ahora de que Esteban es escritor y que hace lo que todos los escritores, promocionar de diferentes formas y maneras sus novelas? Les puedo asegurar a los denunciantes que rico no se ha hecho.

Por eso a todos sus amigos el asunto nos parece raro, raro, raro. No creo que sea por la escritura; debe haber algo más. Nunca se ha vestido con el uniforme de policía para hacer promoción, por lo que le propongo que, a partir de ahora, se vista de huertano para sus próximas presentaciones. Alcemos nuestras voces para que uno de los nuestros vuelva a ser uno de los suyos.