Al final, nuestro alcalde, José López, nos ha chafado el desenlace del culebrón del relevo y él mismo manifestó a principios de esta semana que en pocos días, la ciudad tendrá una alcaldesa socialista. Además, Ana Belén Castejón ha obtenido públicamente el respaldo de los suyos para tomar el bastón de mando y, únicamente, queda comprobar si lo hará con los votos de Cartagena Sí Se Puede (CTSSP-Podemos), de Ciudadanos, o de ambos, porque los de Movimiento Ciudadano se da por descontado que los tiene, en virtud del acuerdo firmado hace dos años. Fin de la trama, fin de la temporada y fin de la serie. O eso esperamos. No obstante, seguro que resultará interesante seguir cómo se desarrolla el último capítulo hasta que la sucesión sea un hecho. Es como en esas series o películas en los que empiezan contándote el final, sin que la historia que lleva hasta esa situación pierda interés. Así que atentos, porque se pueden perder lo mejor.

El inicio de esta última entrega resulta prometedor. El de ayer fue más que probablemente el último pleno ordinario presidido por el todavía nuestro alcalde. El siguiente lo presidirá previsiblemente para presentar su dimisión y dejar paso a la lideresa del PSOE. Quizá por eso, la sesión se desarrolló sin sobresaltos, sin tensión y con más chascarrillos y bromas de lo que ha sido habitual en lo que llevamos de legislatura. Tan buen rollito se respiraba ayer en el salón de plenos que la mayoría de las mociones que presentó el Partido Popular fueron aprobadas, bastantes de ellas por unanimidad. Y hasta los populares le aprobaron una moción al grupo municipal socialista contra los Presupuestos Generales del Estado, elaborados por el Gobierno de Rajoy.

También es reseñable que los cinco grupos representados en el Consistorio se pusieron de acuerdo y presentaron de forma conjunta una moción para reclamar que el refuerzo de los juzgados para atender las reclamaciones contra las cláusulas suelo y otros puntos abusivos de las hipotecas no se lleve a cabo únicamente en las capitales de provincia, con el fin de que Cartagena también se beneficie de ello. El entendimiento entre nuestros representantes públicos en la jornada de ayer fue sorprendente y hasta el alcalde sacó adelante dos mociones presentadas por él mismo, en las que logró un respaldo unánime. Y no se trataba de cuestiones menores.

La primera de ellas sirve para avanzar en la tan deseada Ciudad de la Justicia que se quiere ubicar junto al centro comercial Mandarache. Los ediles aprobaron poner a disposición del ministerio de Justicia una parcela de propiedad municipal que ocupa 19.000 metros cuadrados situada junto a este complejo. La construcción de la nueva infraestructura judicial evitaría las estrecheces y la escasez de servicios judiciales en la comarca y beneficiaría a más de cuatrocientas mil personas. También se aprobó por unanimidad una moción en contra de la desaparición del Registro Civil en Cartagena, ya que se teme que nuestra ciudad se vea afectada por el plan de descentralización de estas oficinas y que tengamos que trasladarnos para comunicar y registrar los nacimientos, los matrimonios y las defunciones a la ciudad de Murcia.

Fue un pleno atípico, por el gran grado de entendimiento y de consenso que hubo, dado que la Corporación actual nos tiene más acostumbrada a debates tensos y, en ocasiones, hasta desagradables. No es que se lanzaran piropos los unos a los otros, pero sí se apoyaron en cuestiones que consideraron relevantes para Cartagena, como las citadas, sin fijarse en el color político de quien las presentaba. Resultó algo sorprendente ver cómo rivales políticos que se han dicho auténticas lindezas en otras sesiones, pasaban a apoyarse sin apenas poner trabas.

Y es de justicia reconocerle al alcalde que, sin perder su personalidad tan característica, tuviera el acierto de propiciar que su último pleno ordinario se desarrollara con tanta paz. La principal consecuencia de este entendimiento, de esto de sacar las mociones adelante y hasta de pactarlas conjuntamente antes de someterlas a la votación de los grupos municipales es que se beneficia Cartagena y los cartageneros. No era tan difícil. Se trata solamente de buscar puntos en común, iniciativas y propuestas en las que haya acuerdos mayoritarios, en lugar de ser negativos y de tirar para atrás proyectos o peticiones al otro por el simple hecho de que militar en otra formación política.

Todos y cada uno de los 27 concejales de nuestro Ayuntamiento representan a todos los cartageneros y se les presupone que su interés y sus esfuerzos van encaminados a mejorar nuestro día a día, pensando siempre en que el futuro sea mejor que el presente, para nosotros y para los que vengan detrás. Si queremos que nuestra ciudad sea grande de verdad, si queremos que su historia, sus tesoros y su encanto tengan un reconocimiento nacional e internacional, si queremos que nadie nos robe lo que es nuestro, deberíamos mirarnos más a nosotros mismos para cerciorarnos de que estamos haciendo las cosas bien, de que la mayoría de nosotros buscamos juntos lo mejor para todos y de que trabajamos juntos para conseguirlo. De poco vale echar balones fuera, echarle la culpa al vecino y limitarnos al derecho al pataleo. Si alguien nos roba, si se cometen injusticias en nuestra contra y en contra de nuestra ciudad, los primeros que debemos defenderla somos nosotros. Sin florituras, con hechos. Sólo así tendremos garantizado un final feliz.