Antes de la invención del gramófono, la gente tenía que pagarse un viaje y la entrada al Gran Teatro de la Ópera de la capital para oír a sus cantantes favoritos. Eso obligaba a la gran mayoría de los ciudadanos, en esa época, a conformarse exclusivamente con los cantantes de su pueblo, o como mucho los músicos ambulantes, si a eso les alcanzaba su magro presupuesto. La tecnología de grabación y reproducción electrónica del sonido, aunque fuera analógica al principio, les facilitó el disfrute del embriagador sonido de los mejores tenores, tiples y barítonos del momento sin empeñar los ahorros de su vida en el intento.

Un fenómeno parecido está sucediendo con la enseñanza y, en este caso, con los grandes profesores universitarios. Por un precio irrisorio y sin movernos de casa, tenemos ya acceso ahora, y mucho más en el futuro, a recibir lecciones magistrales de los catedráticos y profesores más reputados del mundo en su respectivas materias. No quiero comparar a los catedráticos y profesores de nuestras magníficas universidades provincianas con cantantes de pueblo, pero obviamente las clases presenciales tienen limitaciones evidentes en cuanto a la elección del docente más cualificado. Además, los profesores locales que yo conozco se quejan siempre del trabajo de dar clases como un impedimento al cumplimiento de objetivos mucho más ambiciosos, normalmente relacionados con la investigación y la publicación. Así pues, ser sustituidos en ese arduo e ingrato trabajo de docencia les supondrá sin duda una gran oportunidad para profundizar en la ejecución de esas elevadas tareas.

El fenómeno actual se llama MOOC (Massive Open Online Courses), y la gratuidad de sus cursos o, en algunos casos, su bajo coste, lo está haciendo ampliamente popular. El número de alumnos, para algunas plataformas como Udacity, Coursera o Miríada X (esta último promovida por Banco Santander y Telefónica) se mide en cientos de miles en muchos casos. Otro fenómeno concomitante es el de los Máster Online, perfectamente homologados y soportados por universidades clásicas o de nuevo cuño, con titulaciones cada vez más aceptadas y prestigiadas.

Las plataformas MOOC han ido desarrollando técnicas interesantes y creativas, como las revisiones de trabajo P2P (peer to peer), entre los propios alumnos, ya que sería impensable que los profesores del curso en cuestión pudieran revisar los trabajos de cientos de miles de alumnos. En cuanto a la financiación, se produce por varias vías.

Grandes universidades del mundo lanzan sus cursos en estas plataformas con formato básico y reducido, lo que les sirve para la promoción de sus cursos más completos y costosos, sean online, presenciales o mixtos. Otros cursos se rentabilizan mediante el otorgamiento de titulaciones, por las que se paga un módico precio. Como sucede con todo lo digital, la multiplicación de pequeñas cantidades de dinero por un gran número de cotizantes consigue resultados y cantidades sorprendentes.

El futuro de la formación online multimedia digital, en cualquier caso, solo acaba de empezar, aunque lleve ya muchos años a sus espaldas (casi tantos como la existencia de internet). Muchos modelos de negocio en internet se basan en la formación, y hay una infinidad de sitios online que ofrecen cursos y tutoriales sin coste alguno, ofreciendo pequeños extras de pago como los comentados, o mediante subscripciones a precio muy módico. Destaca la espléndida Academia Khan, con infinidad de cursos de formación en matemáticas y otros variados contenidos científicos. Sin olvidar www.lynda.com, con un montón de tutoriales sobre informática aplicada, o la magnífica www.boluda.com con nuevos cursos diarios de marketing digital, a los que se accede mediante una pequeña mensualidad.

Mal que le pese a algunos, la formación online redefinirá en el futuro el papel y la posición de los docentes en nuestras universidades. La docencia, igual que la música, se convertirá en un bien accesible y universal, con sus estrellas de primera y segunda fila. Y sí, también habrá hueco para los músicos ambulantes, y los de tu barrio.