Lo conocí hace dieciocho años en Carboneras, donde vivía los veranos, en una casa grande, con un estudio donde guardaba parte de su obra y catálogos. Me invitó a ver lo que tenía en esos momentos hará ahora unos quince años. Estaba trabajando en árboles de acero para alguna de las plazas de París, una exposición permanente y pública que cerraría un círculo de aquel arte pop con tendencias cinéticas.

Julio Le Parc era uno de los grandes representantes, si no el mejor, del patrimonio artístico de la humanidad cuyos trabajos, sobre todo en las esculturas colgantes rebosantes de lentejuelas de colores sobresalía el destello de quien hace unos días ha sido nombrado por el comité científico y la comisión organizadora de BRAFA (la feria internacional más importante del mundo) artista invitado en la edición de 2017 que se celebrará en Bruselas y contendrá 4.000 años de belleza, desde la de Egipto a la obra fresca aún de este artista universal que yo había conocido un día de verano en Carboneras, junto a su esposa y su hijo (quien tocaba el piano para su mujer y para él mismo, que cantaba tangos).

Julio Le Parc (1928 Palmira, Mendoza, Argentina) en el año 1942 se fue a vivir con su familia a la ciudad de Buenos Aires donde ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, que abandonó en 1944, pero donde pudo observar los murales que diversos autores realizaban para las Galerías Pacífico y donde supo descubrir que en el planteamiento de tales murales estaba la importancia del ´espectador´. Le Parc reanudó sus estudios de bellas artes en 1955 y fue miembro del Concejo Directivo de la Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1957 se inicia en una pintura de abstracción geométrica, y en 1958 recibe una beca del Gobierno francés y se instala en París en donde, en 1960 fundó el GRAV (Groupe de Recherche d'Art Visuel) al mismo tiempo que se cuenta entre los integrantes del grupo llamado Nueva Tendencia. En 1966 realizó su primera exposición privada en Nueva York y en el mismo año obtuvo el primer premio de la Bienal de Venecia. Ya en 1967 expuso una de sus principales obras, Desplazamientos, en el Instituto Di Tella de Buenos Aires y participó en la exposición Luz y Movimiento realizada por el Museo de Arte Moderno de París. Le Parc participó en mayo de 1968 de los llamados ´talleres de las personas´ hasta que fue expulsado de Francia, medida que duró cinco meses, obteniendo el permiso de volver a París gracias a las múltiples protestas de otros artistas e intelectuales que obraron en defensa del artista.

La primera retrospectiva de sus obras se hizo en Düsseldorf en 1972, y en 1978 la BBC produjo un film documental sobre su vida y su obra. En 1982 recibió el Premio Konex como uno de los artistas plásticos más importantes de la última década en Argentina, y en España, en 1987, obtuvo el primer premio en la Bienal de Cuenca.

Fue en 1969, tras participar en la exposición llamada Ocho Artistas Cinéticos cuando Le Parc regresó a la pintura trabajando en una gama de catorce colores. En 1972 se negó a celebrar una exposición retrospectiva en el Musée d'Art Moderne de París después de lanzar una moneda a ´cara o seca´ para tomar la decisión. En 2004 produjo junto a Yvonne Argenterio, en Italia, una serie de esculturas (torsiones) presentó el evento Verso la Luce, en el Castillo de Boldeniga (Brescia, Italia), con la escultura monumental del mismo nombre siempre visible en el jardín del castillo. Tras el 2000 retornó esporádicamente a su país para realizar nuevas obras de arte y fue en el año 2013 cuando recibió el premio de reconocimiento humanístico en el Palais de Tokyo de París.

Conocedor de Murcia, hace ya unos 25 años que Le Parc había estado en esta ciudad en una exposición suya en el Almudí. Es ahora que en Bruselas, del 21 al 29 de enero, se celebra BRAFA, la más importante feria de arte del mundo, donde se exponen obras rigurosamente escogidas de 132 galerías de 16 países. Y el genial trabajo de Le Parc tendrá un espacio muy destacado para su obra como invitado de honor. Este homenaje al artista argentino Julio Le Parc destaca por la consideración de ser un pionero en el arte cinético, movimiento que servirá como fuente de inspiración importante de la decoración de todo el evento, al ser considerado Le Parc uno de los más grandes artistas contemporáneos de la actualidad.