Pues sí, esta es la hora en que me dispongo a redactar mi columna semanal y me he quedado totalmente en blanco. No sé de qué hablar. Me imagino que mis compañeros de fatiga, en algún momento, habrán tenido el mismo apagón mental. Rebusco en mi interior y no encuentro temas, comienzo a ponerme nervioso; yo me reía, pero el pánico al folio en blanco es cierto. Y eso que yo escribo una vez cada siete días, no como mis amigos escritores que, supuestamente, deben escribir casi todos los días y varias páginas por jornada.

Vuelvo a realizar una introspección y sigo sin que las musas me posean, pero de pronto varios fogonazos se disparan en mi mente, como un festival de fuegos artificiales, y desaparecen. Que angustia siento. ¿Será posible que no sea capaz de pergeñar algo? Cierto es, me he quedado en blanco. Voy a intentar repasar los temas que bullen por el suelo patrio, nacional y regional, a ver si puedo cumplir con mi compromiso semanal.

Veamos: el primero que viene a mi ruego, casi desesperado, es el de las elecciones/formación de nuevo gobierno (igual, la mente en blanco es un mecanismo de defensa ante tanta estupidez, falta de lo más mínimo y no se cuantas cosas más). Se me abren las carnes y yo solito me enfado/cabreo cada vez que oigo a alguno de los cuatro hermanos Dalton (Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera) hablar. ¿Se han fijado que hablan como si supiesen lo que están diciendo y de qué están hablando? Confío en que, quién corresponda en cada caso, los llamen al orden. Si tenemos que ir a unas nuevas elecciones, las terceras en un año, se me hace muy cuesta arriba el pensar que los cabezas de cartel vayan a ser los mismos y que, al parecer, los días que se barajan son 25 de diciembre o día 1 de enero de 2017. Crucemos los dedos porque acaben cediendo los unos y los otros.

Otro tema muy aburrido pero peligroso es el que corresponde al Parlamento Catalán, que se pasa por el forro correspondiente todo lo que venga del Tribunal Constitucional (algún día hablaré sobre el TC); oiga, y no les ocurre, a los responsables, absolutamente nada. ¿Por qué será? ¿A qué se tiene miedo para actuar? Hay artículos en la Constitución española que amparan la ejecución del gobierno ante cualquier rebeldía. No se puede mantener el sillón y los privilegios a cualquier precio.

Veo que no acabo de arrancar como me gustaría. Vuelvo la cabeza, miro por la ventana y diviso: ´Elecciones en el PP cartagenero´. Hay nuevos dirigentes, nueva ejecutiva, rescates curiosos y ascensos llamativos, pienso. Hay algún responsable político de otro partido que ha opinado de forma, digamos, muy encendida y sanguínea y yo, modestamente, le pido que se modere porque nadie está libre de meter la pata en algún momento, dado que la perfección no existe.

Seguimos con atentados de diversas índoles, habrá que volver con toda seguridad al tema. ¿Las pensiones? Otra buena excusa para tratar, pero no sé desde que ángulo disparar; me encuentro espeso, no veo con claridad. Será agosto, mes que ralentiza todo y todo discurre sin prisa, las neuronas se vuelven perezosas y las conexiones sinápticas chirrían. ¡Hombre! igual podría haber hablado de los recién inaugurados Juegos Olímpicos de Brasil 2016. No tengo ni idea de cómo se van a desarrollar, pero con buen pié no han comenzado: inseguridad, suciedad, fallos múltiples en las instalaciones, virus zika, aguas infectas, pueblo descontento. Un buen rosario de elementos para que se hubiesen suspendidos o cambiados de sede, pero la pela es la pela, por la pela todo y a todos se la pelan. De pronto surgen, ante mí, cositas y me pregunto a qué se debe el no haber comenzado por ellas; yo que sé, hay mucha pereza mental. Bostezo y reflexiono en el chico de Podemos, Echenique se apellida, que con un par y dos palillos justifica que no le paga a su cuidador decentemente y no lo da de alta en la Seguridad Social porque el sistema opresor lo ha hecho así y su pandilla dando lecciones de bien hacer, ´consejos vendo, que para mí no tengo´. El quedarse en blanco, como estoy ahora mismo, debe ser un mecanismo de defensa ante tanta gilipollez, reitero. Mi perrita Nube, junto a mí se despereza, y me avisa de su próxima salida a la calle y, no se por qué, me viene al magín el último (igual hoy, ya, no) invento: la caza de Pokémon. ¿Habrá algún gobierno secreto mundial que lanza cuestiones para que el pueblo esté ocupado en tonterías y así no repare en los problemas que les rodea?

Verán que se ha acabado mi espacio y sigo como al comienzo€ en blanco.