El consejero Francisco Bernabé ha sido cesado. Bueno, cesado, promovido, promocionado, o le han dado una patada hacia arriba, como dicen algunos. No pretendo hacer análisis políticos de este hecho porque para eso doctores tiene la iglesia, algunos muy buenos y uno excelente. Pero sí me gustaría tratar de plasmar aquí unas impresiones sobre este hecho que he recogido por ahí y las mías propias. A ver lo que sale.

Para comenzar, creo que es necesario que echemos un vistazo al conjunto del Gobierno regional que actualmente tenemos. ¿Qué imagen ofrece? ¿Qué grado de conocimiento tienen los murcianos de las cinco mujeres y los cuatro hombres que componen este Ejecutivo? Supongo que los ciudadanos representativos de cada actividad conocerán a sus consejeros correspondientes: los de Sanidad, a la suya; los que trabajan en los servicios sociales, a la de Familia; los del área de Turismo al suyo, etc... Pero, ¿qué me dicen de la gente en general? O incluso, ¿qué me dicen de la gente en particular que sigue la vida política de la Región? ¿Alguien conoce a la consejera de Presidencia? Pongamos como ejemplo.

Está claro que la política de imagen de este Gobierno está basada fundamentalmente en la persona del presidente Pedro Antonio Sánchez. Él aparece en montones de sitios, se entrevista con cantidad de personal, inaugura exposiciones (algunas estupendas), hasta tal punto de que si ves un informativo de las televisiones regionales, se repite su presencia en un montón de ocasiones, en actos de todo tipo. El asunto está bien pensado desde el punto de vista de la comunicación. PAS es joven, y aunque lleva toda su vida en política, es mucho más conocido en Puerto Lumbreras que en Cartagena, así que es buena para él esa ubicuidad, que, por cierto, siempre ha sido así dondequiera que ha estado antes. PAS es un hombre sin pereza para acudir a este o a aquel lugar de la Región si tiene que ir, y ha hecho y hace miles de kilómetros para estar en todos los sitios donde se le espera.

En este contexto de un presiente ubicuo y unos consejeros dedicados a lo suyo y con un contacto casi nulo con la sociedad murciana se enmarcaba la figura de Francisco Bernabé: un abogado joven, casado y con familia numerosa, pasado de peso, afable, con una tremenda capacidad de trabajo, absolutamente entregado a su gestión, aunque con más o menos suerte en sus logros, siempre dispuesto a hablar con cualquiera que se le acercara y con una especial atención a las mujeres y los hombres de los medios de comunicación que siempre encontrábamos en él grandes facilidades para sacar adelante nuestro trabajo. A todo esto hay que añadir su tremendo dinamismo y el movimiento continuo en el que se encontraba gestionando marrones de un tamaño gigantesco, modelo AVE, aeropuerto, etc. Llegados a este punto, si enseñamos al personal cualquier fotografía en la que pueda verse nuestro Gobierno regional en pleno, estoy casi seguro de que materialmente todo el mundo reconoce a PAS, bastante gente a Francisco Bernabé, una poca a Adela Martínez Cachá, a algunos les suena la consejera portavoz, y ya hay que remitirse a los gremios de los administrados en cada consejería para que alguien conozca al resto de consejeras y consejeros, y de esos, no todos, incluso, de algunas, solo unos cuantos.

Imagino -corren por ahí media docena de versiones - que sus razones habrá tenido el presidente para cesar a Bernabé, pero, a mis cortas luces, con esta decisión el Ejecutivo ha perdido a uno de sus comunicadores más cercanos, el que transmitía una dosis mayor de humanidad. Ahí, con su sobrepeso, su juventud y su afabilidad. Quizás esto no le importe mucho al PP, pero, al final, todo suma, y, desde luego, todo resta.