El directo de izquierda, con la guardia invertida, que Pablo Iglesias ha propinado a Pedro Sánchez a punto está de dejarle KO. Este Iglesias es como un demonio, juega en política con astucia todas las bazas que se ponen de su lado. Su propósito es quedarse con la izquierda, y con una sonrisa maléfica (no la del destino, esto vale para la Quinta de Beethoven y no para quienes los escrúpulos los dejan en casa) lanza un órdago a ese melifluo secretario general que es Sánchez, ofreciendo un Pacto. Si acepta el reto y si no lo acepta, da igual; el PSOE va a saltar en al menos dos pedazos, uno de los cuales lo engullirá Podemos. Por si fuera poco, Rajoy se aparta para que Sánchez mueva ficha. El acoso al melifluo no tiene tregua.