Corría el año 1862 cuando la reina Isabel II inauguró la línea de ferrocarril entre Murcia y Cartagena, acontecimiento al que a lo largo de las dos décadas posteriores le siguió la extensión de la red ferroviaria por toda nuestra Región con la configuración que sigue conservando a día de hoy.

En el siglo XX, y aparte de cerrarse varios tramos de vías, siendo la más sangrante sin duda la que llevó a cabo el Gobierno socialista de Felipe González en 1984, cuando clausuró la conexión ferroviaria con Andalucía a través de Granada, la única ´mejora´ que experimentaron nuestras comunicaciones por tren durante esos cien años se circunscribió a la extensión de poco más de cinco kilómetros del FEVE desde El Estrecho hasta Los Nietos, actuación que se llevó a cabo en 1978 y que permitió conectar Cartagena y La Unión con el Mar Menor. Simple y llanamente eso. Tristemente, nada más que eso.

De este modo, se puede entender el porqué la realidad del transporte por ferrocarril en nuestra Comunidad autónoma se ha venido calificando por propios y extraños, de forma absolutamente unánime, como un gélido páramo: sistema de vía única, ni un solo metro de vías electrificadas y, para rematar, hasta algún Gobierno central al que no le importaba paralizar obras ya adjudicadas, como hizo el Ejecutivo socialista en 2010 (¿por qué siempre son los mismos los que nos castigan?), en este caso capitaneado en Madrid por Rodríguez Zapatero y en Murcia por su actual líder, González Tovar, con una actuación tan vital para los murcianos como era y es la Variante de Camarillas.

Pero he aquí que la situación ha cambiado sustancialmente en el último medio año y de manera más que positiva. El primer encuentro que mantuvieron en la Moncloa los presidentes Mariano Rajoy y Pedro Antonio Sánchez sirvió para que ambos mandatarios acordaran darle un giro radical a la realidad expuesta. Y la decisión de inicio que adoptaron fue resolver la afrenta que suponía la situación de Camarillas. Y dicho y hecho. El pasado 30 de noviembre vimos como se plasmaba entre los Gobiernos de España y de la Región de Murcia la firma del acuerdo para que, a través de ADIF como brazo ejecutor y del Puerto de Cartagena como organismo financiador, se puedan retomar con carácter inmediato las obras paralizadas hace seis años y que, gracias a una inyección de fondos estatales de 37 millones de euros, veremos finalizadas en un breve espacio de tiempo.

Además, no olvidemos que la ejecución de la Variante de Camarillas no solo supone acortar la longitud de los trayectos y disminuir de forma importante los tiempos de viaje con la capital de nuestro país, sino también abrir la puerta al recrecido de la presa y pantano del mismo nombre, lo que incrementará de forma muy considerable la capacidad de almacenamiento de este embalse y de toda la cuenca del Segura, para alivio y satisfacción de la extraordinaria agricultura murciana.

No obstante, no terminan aquí los hitos logrados, y que podemos calificar sin ningún tipo de pudor como históricos, pues el carácter permanentemente reivindicativo de nuestro presidente regional, ha conseguido resolver de forma plenamente satisfactoria la inminente llegada del AVE a la ciudad de Murcia, cuestión no precisamente sencilla por los diversos avatares que se han venido dando recientemente.

Así, y en primer lugar, debe recordarse el acuerdo alcanzado el pasado 30 de julio en el seno de la sociedad Murcia Alta Velocidad, empresa pública encargada de traernos el AVE a la Región, cuando gracias a los buenos oficios presidenciales, y a la predisposición y generosidad de la titular del ministerio de Fomento, Ana Pastor, se logró para nuestra capital regional un acuerdo que no ha existido en ninguna otra gran ciudad española en estos últimos años, como por ejemplo Valencia, Alicante, Valladolid, León, Palencia o Zamora, por citar solo a algunas, donde el AVE ha llegado en superficie y sin ningún tipo de compromiso de soterramiento. En Murcia, podemos proclamar con orgullo que el AVE dispone de fases, plazos y compromisos presupuestarios para que en el horizonte del año 2020 las vías hayan desaparecido de la superficie a su paso por la localidad del Segura.

Y a ello añadámosle asimismo la muy reciente aprobación el pasado 4 de enero, por el consejo de administración de la referida mercantil, del acuerdo que el presidente Pedro Antonio Sánchez suscribió con el partido Ciudadanos el 24 de septiembre último, y en el que se acordaba un cambio en el orden de ejecución de las fases del soterramiento, todo ello con la finalidad de que se lleven a cabo, en un momento inicial de las obras, la realización de los tramos íntegramente soterrados de Santiago el Mayor y de Senda de los Garres, dando así plena certeza al compromiso irrenunciable del soterramiento integral de las vías.

En definitiva, que Camarillas se reanuda ya. Y que el AVE, que acortará el viaje de Murcia a Madrid de las casi cuatro horas y media actuales a apenas dos horas y veinte minutos, también llega ya. O dicho de otro modo: que en 2016 vamos a disponer, por fin, de unas comunicaciones ferroviarias del siglo XXI. ´Sólo´ nos ha costado siglo y medio que a la Región de Murcia se la trate con el respeto que se merece. Y ese logro tiene nombres y apellidos: Mariano Rajoy y Pedro Antonio Sánchez. Gracias a ambos en nombre de nuestra tierra. Las próximas estaciones se llaman Cartagena y Lorca, y con ambos presidentes que nadie dude de que llegaremos también a estos destinos.