El domingo por la noche se conocerá si Mariano Rajoy continúa como inquilino de La Moncloa o si por el contrario lo que toca es organizar mudanza para acondicionar el 'apartamento' por la llegada de un nuevo inquilino. En un frenesí de debates televisivos que han llevado incluso el fútbol a un segundo plano, dicho con el corazón, algunos optamos por no creernos nada. De los nuevos partidos no puedo opinar porque aún no han demostrado mucho, pero cada vez que veo, leo o escucho discutir a un político del PP y otro del PSOE, reprochándose siempre las mismas cosas sin aportar nada nuevo, lo primero que pienso es en que no voy a ir a votar. Estos días todos leemos informaciones que van dirigidas en el mismo sentido. Los defensores de la gaviota hablan del esfuerzo realizado para que España no fuera rescatada. El bando del puño y la rosa, en su papel, critica los numerosos recortes sociales realizados. Ciudadanos y Podemos también quieren su trozo de presa y lo reconocen con sinceridad. Todos quieren el poder, sea como sea, una palabra bonita y peligrosa al mismo tiempo. Usted decide.