«Ni un imputado en las listas; dedicación exclusiva de nuestros cargos; un político, un sueldo y, lo más importante, un programa político creíble, realizable y que protege a las personas»

El pasado 28 de septiembre, el Partido Socialista aprobaba por unanimidad el equipo que en nuestra región de Murcia va a liderar el cambio que se inició en mayo de este año y que culminará con el cambio en el Gobierno de España con Pedro Sánchez como presidente.

Esto, tras un proceso de consulta en las sesenta agrupaciones municipales que el PSOE tiene, donde es la militancia la que toma la palabra haciendo propuestas para la elaboración de la candidatura completa al Congreso de los diputados y Senado. Un equipo que garantiza la ética y la tolerancia cero a la corrupción, que practica la transparencia y que lleva detrás la muestra de que los socialistas gobernamos con hechos, desde los veintiséis ayuntamientos de la región donde el PSOE forma parte del gobierno. Un equipo que refleja lo que es España y su gente. Personas comprometidas, luchadoras y amantes de su tierra. Científicas, economistas, abogados, jóvenes, sindicalistas, maestras... Mujeres y hombres capaces de cambiar el país para también cambiar la región.

Sin duda, representan cada uno de ellos y ellas el cambio que une. Un cambio que trabaja por un país donde la igualdad de oportunidades exista y no sea una excusa para seguir beneficiando a los que más tienen en detrimento de los que menos tienen. Un cambio, que necesita también la Región de Murcia para dejar de ser la gran olvidada como lo ha sido durante estos cuatro años del señor Rajoy.

Esto no es un paseo por el postureo. Esa forma del PP de decir mucho y no hacer nada como nos tienen acostumbrados. Ni un imputado en las listas; dedicación exclusiva de nuestros cargos; un político, un sueldo y, lo más importante, un programa político creíble, realizable y que protege a las personas.

Cerramos este curso político casi al fin de una legislatura cuyas políticas han condenado y condenan a la gran mayoría de la población, a las clases medias trabajadoras a cambio de amparar a unos pocos privilegiados. Una legislatura que será histórica por ser la del mayor maltrato a los derechos sociales y civiles de la historia de la democracia de nuestro país.

Inmersos en una campaña electoral que da la voz a la ciudadanía para decidir quién gobernará España durante los próximos cuatro años, Rajoy sigue paralizado, con los ojos de asombro y la mente en blanco. Escondido tras una pantalla de plasma, apura sus últimos días para aplicar los últimos recortes. Serán los últimos, porque habrá un cambio de Gobierno el próximo 20 de diciembre y será el que protagonice el PSOE a través de la gente.