Tristemente, no siempre las mujeres anónimas por las que se convocan actos, reivindicaciones, concentraciones, etc., consiguen ser las primeras protagonistas de esos actos. Estas mujeres desconocidas, para algunas de las cuales será su última aparición en la escena pública, durante unos días han llenado portadas sin haber elegido ellas ser las protagonistas de la noticia. Otros han hecho que esto sea así. Y en estas ocasiones, también otras personas les arrebatan el lugar que les corresponde.

Mujeres que su día a día privado no las lleva a ser noticia porque como ellas hay muchas, miles. Aunque su dedicación en la participación en las tareas de reproducción social es lo que permite el resto de la vida: trabajo doméstico y cuidados del núcleo familiar sin horario y sin salario. Fútbol, negocios, política, ocio, formación€

Mujeres entregadas a la vida familiar, a la difícil tarea de compaginar el trabajo -si es que lo tienen- con el hogar, porque la conciliación de la vida laboral con la vida familiar no se lo pone fácil, mujeres que están sufriendo la crisis de una manera más intensa que los hombres, mujeres que viven en su propia carne y de primera mano lo que son recortes en dependencia, en educación, en sanidad. La pobreza suele tener ojos de mujer.

Mujeres con mayúscula que otras mujeres anónimas quieren reivindicar, reivindicar la lucha contra la violencia machista y, por última vez, ponerlas en el lugar que les corresponde, las primeras. Porque la urgencia e importancia de otras luchas, tiende a desplazar e invisibilizar ´las causas de las mujeres´.

Pero nos encontramos que no siempre este merecido lugar es respetado. Nos encontramos con personas que les roban el protagonismo ante los medios por la posibilidad de ser imagen de una noticia. Es la habitual ´carrera´ de las personas dedicadas a la política profesional por los puestos de primera línea en las concentraciones o manifestaciones.

El pasado lunes 17 se realizó una concentración en recuerdo de las mujeres que han sido asesinadas a lo largo de este año y contra la violencia machista. Un acto al que estábamos toda la sociedad murciana convocada. Acto anónimo de personas anónimas al que acudimos en una calurosa tarde de agosto. Acto en el que se leyeron cada uno de los nombres de estas mujeres, incluso se hizo mención a las mujeres de las que se desconoce su identidad. Fue un acto emocionante, que lo hubiera sido todavía más si se hubiera dejado la primera fila de la concentración para que mujeres anónimas pudieran dar ese reconocimiento a otras mujeres anónimas desgraciadamente ausentes. Pero no, en la primera fila se les robó su espacio, desviaban la atención mujeres no tan anónimas, que si bien está que acudan a estos actos, no tanto el que corran delante de los medios para convertirse en noticia.

En apenas un año y sin apenas presencia institucional estamos logrando cambiar muchas cosas, pero, ¿seremos capaces de romper esta norma no escrita, esta mala costumbre de situarse para la foto cueste lo que cueste? No todo vale, ni siempre está justificado estar en los medios.