Ahora que ha comenzado la campaña electoral europea (no os asustéis, no voy a hablar de política) ¿alguna vez habéis pensado por quién no os importaría dejaros invadir? Esta semana el pensamiento ha venido a mi mente.

Durante toda esta semana los cartageneros hemos pasado casi a un segundo plano por las calles, para dejarles el control y toda la atención a los dos grandes grupos de personas que nos han visitado. Cualquiera que se haya paseado, habrá topado en algún momento con alguno, ya que los adultos a los que cariñosamente citaba eran, nada más y nada menos, que 3.000 turistas que pararon en nuestro puerto de camino a Roma. Espero que los americanos (el barco zarpó de Miami) disfrutaran de nuestras joyas antes de llegar a la capital del antiguo imperio.

Si esta invasión no es de tu gusto, vete acostumbrando porque otra decena de barcos llegarán este mes de mayo a nuestra ciudad.

Aunque muchos también iban con calcetines blancos, no tenían nada que ver con la invasión americana los 500 deportistas que compitieron en los Campeonatos de España Universitarios de Atletismo y Tenis de mesa que se han desarrollado estos días en la pista municipal de atletismo y en el pabellón municipal.

Sin embargo, la más llamativa de todas ha sido la invasión generada por el II Salón del Manga de Cartagena. Reconozco que mis conocimientos sobre el tema son, cuando menos, escasos y aún así me encanta el ambiente y el colorido que aporta esta cita a la ciudad. En apenas cinco días hemos pasado de los rojos y amarillos de los claveles de las cruces de mayo a los azules y naranjas de pelucas y disfraces de estos amantes de la animación y cultura japonesa.

Los jóvenes (y no tan jóvenes) llegados de toda la Región e incluso de más lejos, participan en concursos, asistieron a charlas y exposiciones, aprendieron en los talleres y sobre todo disfrutan compartiendo sus aficiones.

Como he dicho, mi afición al manga es prácticamente ninguna, pero me he quedado con ganas de asistir al taller de diademas de Sailor Moon. Crecí gritando «Diadema, ¡acción!».

Si tú todavía tienes dudas sobre las invasiones que puedes tolerar y las que no, la semana que viene tendrás otra, además de las más numerosas: La Noche de los Museos. Después de vivir como el año pasado se superaron de tal manera las expectativas que hasta bares y restaurantes se quedaban sin existencias, espero que este año sea otro tremendo éxito.

Por mi parte, si siguen esta tónica, creo que da gusto que nos invadan de vez en cuando.