Aún están Vds. a tiempo; les quedan un par de semanas de actuaciones, después de un par de meses de llenos a diario, para asistir a un espectáculo muy especial y sorprendente, muy divertido, en el antiguo Teatro Calderón, de Madrid hoy con denominación Häagen Dazs. Si pueden, deber verlo.

Pagagnini es un grupo de excepcionales músicos capitaneados por el maestro libanés de origen armenio Ara Malikian. El violinista de

excepción, junto Eduardo Ortega, otro profesional de amplio recorrido, montó el espectáculo actual añadiendo a la formación a Fernando Clemente y a Gartxot Ortiz. Música y humor a partir de partituras clásicas y música popular; hora y media de acción sobre el escenario manteniendo un ritmo trepidante en cada una de las secuencias de la función. Nada que tenga que ver con la palabra, es una fantástica interpretación audiovisual que coordina varias sensaciones. El público ríe y sonríe durante toda la representación participando, incluso, con estos virtuosos de varios instrumentos.

La propuesta artística de Pagagnini es una auténtica travesura transgresora que va más allá de los límites de la ortodoxia clásica supuestamente debida a las grandes partituras; se trata de la música convertida en juguete respetuoso, pero a la vez grandiosa por la solvencia de los intérpretes y su virtuosismo. En él destacan, evidentemente, las del genio sabiamente enloquecido de Malikian y la preparación musical (toca una decena de instrumentos) de Edu Ortega.

Con el espectáculo han recorrido varios países y la agenda de las próximas temporadas está al completo incluyendo una gira americana. A día de hoy suman más de 750 representaciones que han cosechado otros tantos éxitos de público y crítica. A Pagagnini hay que asistir despojado de prejuicios ante el misterio y milagro de la mejor música clásica, versionada con la gran capacidad de la mímica y el humor. A veces

recuerdan los movimientos sublimes del mejor Chaplin, quién también usara de la música para su pantomima.

Por otra parte, Eduardo Ortega ha producido el espectáculo contrapunto de Pagagnini: Estradivarias, formación femenina de cuatro componentes que ya ha estrenado en las últimas semanas y en Guadalajara y que llegará a Madrid en mayo próximo. La clave del proyecto es el mismo: música y humor. Es un contraataque de las intérpretes femeninas al clásico que ya es Pagagnini. Saliendo del teatro Calderón oí: «Lástima que se acabe. Volvería a verlo». No hay mejor crítica que la del espectador.