80.000 tahúllas, de las cuales alrededor de 30.000 están cultivadas con hortalizas, se han quedado, de la noche a la mañana, sin agua en la huerta de Murcia.

La decisión de la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) de cerrar las acequias y prohibir el riego en las tres Vegas desde el 1 de noviembre al 15 de enero ha pillado desprevenidos a los agricultores, que habían plantado sus parcelas sin pensar en este corte de suministro durante dos meses y medio.

«Nosotros les habíamos advertido que la situación estaba mal y que tenían que tener precaución, pero es su medio de vida y como no había faltado hasta ahora agua para las tandas de riego, no pensaban en este desenlace», explicó Diego Frutos, presidente de la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia.

El de Frutos fue uno de los 16 votos en contra de esta decisión, en una votación en la que hubo empate y en la que se echó mano del voto de calidad del presidente de la CHS para inclinar la balanza del lado de la propuesta del organismo de cuenca.

«Quiero que quede claro que nosotros no estamos en contra de la reducción de caudales propuestos y que iba a suponer tener hasta un 50 por ciento menos de agua hasta la primavera», dijo el representante de los huertanos, para añadir que «entendemos que la situación está muy mal por la sequía y que hay que dar prioridad al abastecimiento humano».

Abrir más pozos

Sin embargo, los huertanos consideran que aunque se deje de desembalsar agua para riego, la Confederación podría poner en marcha la batería de pozos de la Vega Media -unos 30-, y que siguen cerrados, para destinarlos al regadío, como ya se ha hecho en otras sequías anteriores. «Aunque cierren los pantanos, con esos caudales y con las emanaciones del subálveo del río podríamos sacar adelante lo que ya está plantado», defendió Frutos.

La Junta tiene un censo de 20.400 hacendados, si bien no todos son agricultores a título principal. La mayoría de los cultivos son de árboles, «que pueden aguantar más que las hortalizas sin agua, pero no tanto tiempo», apuntó el presidente, aunque añadió que «muchos tienen ya firmados contratos con sus clientes, y se está jugando con su pan; ahora ¿qué van a hacer?».

La sede de la Junta de Hacendados fue ayer un hervidero de llamadas y visitas de agricultores muy preocupados por la decisión de la CHS. «Los ánimos están muy calientes y no me extrañaría que se convoquen movilizaciones; nadie entiende la decisión», advirtió Diego Frutos.

«Como mínimo tenemos derecho al pataleo», concluyó.

Para el secretario de Agricultura de UPA, Antonio Moreno, en representación de regantes tradicionales de la Vega Alta, la postura de la Confederación ha sido «totalmente inesperada».

«Nada hacía prever este cierre teniendo en cuenta que se ha estado desembalsando agua con normalidad para las tandas de riego», subrayó y comentó que lo ideal hubiera sido ir reduciendo desde hace seis meses, «y poco a poco», esos recursos. Se habría evitado cortar el agua ahora.

Moreno advirtió que si bien los frutales pueden aguantar mejor, los cítricos van a necesitar agua antes de enero, por las altas temperaturas de estos días.