Los vecinos de la calle Orilla de la Vía sólo se despertaron cuando cayeron al suelo los dos postes junto a las pantallas de metacrilato.

«Me asomé para ver qué había sido ese ruido pero mi mujer me pidió que no saliera a comprobar qué pasaba», comentaba un vecino afectado, al que los destrozos frente a su casa le impiden poder sacar el coche con normalidad, «y ahora tengo que hacerlo por el camino del vecino».

Los habitantes más próximos no escucharon prácticamente nada y a la luz del día han podido comprobar los destrozos ocasionados.

«No entendemos qué ganan haciendo esto», subrayan, «el poste que han dejado apoyado sobre otro podía haberle caído a alguien, no vivimos tranquilos después de estos actos vandálicos».