Sobre la década de los 70 del siglo pasado, en fecha indefinida, dejó de funcionar el taller más artístico de esta localidad: 'EGEA, Decorado: Loza - Porcelana y Cristal Ctra. Alcantarilla, 208 -Nonduermas (Murcia)'. Así decía su sello de tinta.

Era más conocida por 'La Mufla' y Murcia y contornos estaba llena de sus filigranas. Se tenía costumbre de regalar a las que se iban a casar un juego completo de platos y fuentes artesanales con la imagen de la Virgen de la Fuensanta y otras figuras, como caballos o detalles alusivos a nuestra huerta.

La prensa local, en sus últimos años de la empresa, hizo la siguiente alusión: «En el diario recorrido que LÍNEA hace por las pedanías de la capital - página sexta- en busca de problemas y del 'way of life' (modo de vida) de las familias del medio rural durante la canícula, hemos encontrado en Nonduermas, a estas dos señoritas afanadas en la decoración de artículos de loza. Ni el mucho calor ni el fogonazo del 'flash' de Juan López han desviado la atención de las operarias en unos platos que tal vez usted adquiera mañana».

Eran los hermanos Egea, Damián y Pedro Egea, quienes ostentaban este taller artesanal que pronto se dio a conocer fuera de nuestra tierra. Lo iniciaron sus progenitores y ellos continuaron con el negocio. En todos los hogares huertanos había algún plato o fuente decorado por las operarias de este taller. Sus decoraciones eran tan bellas, que traspasaron las líneas murcianas y recibían pedidos de toda la piel de toro.

Todo fue bien hasta mediados de los 70, cuando las nuevas tecnologías dieron al traste con los trabajos manuales: no pudieron competir con los precios venideros y tuvieron que cerrar. Con lo que Nonduermas perdió otro centro de producción importante de los muchos que tuvo el pueblo: fábrica de jabones, conservas La Molinera, Molino de Funes, etc.

En la actualidad, de las manufacturas señeras solo queda en pie una licorería y la gasolinera de 'La Lupa Roja'. Las demás han sido absorbidas por las grandes manufacturas y los jóvenes tienen que dejar el terruño para incardinarse donde está el trabajo.

En la foto se ven dos bellas mujeres laborando loza adornándola con finos pinceles y mucha ternura.