Panochos de pura cepa, guiris ojipláticos, familias reunidas y bien avenidas, enamorados calientes, bebés de meses desconcertados, preadolescentes experimentando, padres vigilantes, inmigrantes ya murcianos, bellezas huertanas de las que dejan sin aliento, amigos cómplices, trabajadores sudando y mayores guardianes de la tradición de una fiesta que, un año más, reunió a distintas generaciones para celebrar la alegría de vivir y de ser huertano.

Un sol radiante fue testigo de un día del Bando en el que la tradición se dio cita con los nuevos tiempos, sin perder la esencia de la Huerta del Segura. «Hoy celebramos lo que significa ser huertano. La generosidad, las ganas de celebrar y compartir con la familia y amigos son la esencia de esta fiesta», comentaba Carlos Ruiz Sánchez, un huertano de Rincón de Seca que organizó una barbacoa en el jardín de La Pólvora para toda su familia.

Jóvenes como Pedro Callejas y sus amigos del ´Banco de la Fama´ disfrutaron del ambiente en otro de los jardines que se abarrotó de huertanos, el parque de Fofó. «En lugar de hacer barbacoa, este año hemos comprado pasteles de carne para ahorrar unos eurillos», indicaba este periodista murciano que trabaja en Madrid y que ayer no quiso perderse el día grande de su tierra.

En el parque de La Fama algunos jóvenes improvisaban brebajes casi mágicos. «Esto se llama pitufo. Lleva vozka azul, zumo de limón y vino blanco. Está muy bueno. ¿Lo quieres probar?», ofrecía Carmen, que disfrutaba del ambiente de fiesta junto a sus amigas, antes de irse a comer a una de las 46 barracas que ayer hicieron su merecido agosto.

Así lo explicaba Serafín Campos, presidente de la peña La Cetra, cuya barraca está instalada en el jardín de La Pólvora. «Hoy vamos a servir 80 kilos de morcillas, 60 de salchichas, 60 de longaniza y 100 kilos de lomo. Además, durante las horas fuertes pondremos unas 500 cañas a la hora en la barra, más las jarras de cerveza».

Sobre la caja del día, Serafín mostró sus dudas: «En la época de las pesetas, las ganancias superaban los dos millones y medio. Hoy, es raro llegar a los 12.000 euros, pero aquí nos dejamos la piel para que nadie se quede sin comer». De hecho, los camareros de la peña El Ciazo, con barraca en la plaza de La Merced, recurrieron a un original desayuno para poder darlo todo el día del Bando. «Hemos desayunado cerveza Estrella de Levante con tocino y lomo», confesaban acalorados.

Por supuesto, no faltaron los turistas que, imbuidos del espíritu huertano, se integraron rápidamente en la fiesta. «Este de aquí es mi amigo el americano. Lo he vestido de huertano y le estoy enseñando las buenas costumbres, como la Estrella con marinera», apuntaba Charo, mientras ´el americano´ la miraba agradecido por las lecciones aprendidas.