El próximo año el Grupo Matarromera cumplirá 25 años. Un aniversario muy especial, fruto del esfuerzo y la constancia gracias a la cual se ha consolidado como un conjunto empresarial con bodegas en cuatro denominaciones de origen del Río Duero (Ribera del Duero, Rueda, Toro y Cigales); una destilería; un restaurante y productos de cosmética natural, entre otros logros. Al frente de esta industria está Carlos Moro, fundador del Grupo, quien ayer visitó Murcia con motivo del ´Matarromera Day´, una jornada que se celebró en el restaurante Hispano, en la que se cataron diferentes referencias de las marcas del Grupo como Matarromera, Emina, Cyan y Valdelosfrailes.

Presentan en Murcia sus novedades. ¿En época de crisis, las bodegas deben seguir apostando por la innovación?

Una bodega debe seguir haciendo un vino de calidad y dar otras opciones y alternativas al mercado. En el caso de Matarromera hemos apostado por la implantación de nuevas bodegas como es el caso de Emina.

El Grupo va a ser el proveedor de Iberia y British Airways. ¿Qué supone esto para la empresa?

Es una ventana enorme. Esta adjudicación es un reconocimiento a la calidad y a un producto accesible al mercado.

¿Apostar por la sostenibilidad es un éxito asegurado?

Lo es. Tenemos la suerte de que en Grupo Matarromera ha bebido de la tradición con más de 800 años de experiencia. El cultivo tradicional es ya de por sí muy respetuoso con el medio ambiente y eso, unido con los tratamientos tecnológicos y una filosofía moderna, da muy buenos resultados. El control del gasto hídrico, de la huella de carbono, el uso de energías renovables, etc., es muy importante.

Aun así, hay quien tiene miedo de invertir para la investigación y el desarrollo.

Es cierto que requiere mucha inversión, pero es necesario ir devolviendo a la tierra lo que tiene. Cuidando y mimando a la empresa.

¿Lo suyo con el vino es herencia, vocación o formación?

Yo he tenido dos influencias. La familiar, ya que mis antepasados han sido agricultores, viticultores y bodegueros. Luego estaría la vertiente enológica. Soy ingeniero agrónomo y doctor en enología. Matarromera es una suma de la experiencia familiar y el conocimiento al máximo nivel.

¿Con cuál de sus vinos se quedaría?

Cada uno es como un hijo, se les quiere igual pero son distintos. Cada uno de ellos tiene su propia creación, pero con un nexo en común: la calidad y la excelencia.

¿Qué le parecen los caldos murcianos?

Yo con Murcia tengo una unión especial, ya que hace años pasé una temporada en San Javier como teniente de complemento en el Ejército del Aire, y guardo muy buenos recuerdos. En cuanto a los vinos, son estupendos, con variedades muy peculiares como la Monastrell. Hay bodegas que están desarrollando un gran trabajo.

España cuenta con denominaciones de origen, pero ¿de cara al exterior falla algo?

Nosotros, desde el principio, hemos querido estar presentes en todo el mundo y lo estamos en ochenta países, con sedes propias en EE UU, China y Filipinas. Pero es algo complicado, el Grupo ha declinado ventas masivas, la nuestra es una línea de alta gama, de máxima calidad. Creo que España debería tratar de situar a sus vinos en el nivel que requieren. La imagen global de España no nos respalda tanto. El 80% de los vinos españoles que se exportan son baratos o a granel, ya que las redes de comercialización exterior son nulas.