Óxido, malos olores, inundaciones, estos son sólo algunos problemas que padecen los propietarios del edificio Nido en El Raal, que desde 2011 sufren las consecuencias de la mala construcción de esta promoción.

Aseguran vivir «entre goteras» en unas «nefastas condiciones de habitabilidad». En marzo de 2011 (antes de terminar de construirlo), una de las vecinas elaboró una queja ante las autoridades responsables de vivienda de Murcia explicando la situación, aun así, en mayo de ese mismo año se le concedió la correspondiente calificación de habitabilidad al promotor. «Al instalarme ya empecé a sufrir inundaciones y humedades muy serias», explica una vecina. «El agua viene de la azotea, de alguna tubería mal instalada, incluso hay filtraciones cuando llueve», apunta, y destaca que «los sótanos del bloque también se encharcan frecuentemente y tenemos que asumir los vecinos los gastos», añade indignada.

No es sólo esto lo único que parecen sufrir estos vecinos de El Raal, afirman que desde el principio el agua que se les suministra es de obra «porque los entronques no están hechos» y que, hasta hace poco «también vivían con luz comunitaria», hasta que asumieron por ellos mismos una sanción del distribuidor para poder tener contadores individuales.

«Yo he denunciado varias veces esta situación, pero me hacen silencio administrativo», explica una de las afectadas. «Hoy en día te compras un piso nuevo, crees que esto no puede pasarte a ti, hasta que te pasa», manifiesta. La promotora responsable de estos inmuebles es Achalay S.L, que según los vecinos, «está en quiebra y suspensión de pagos», una situación a la que se están enfrentando muchas empresas del sector.

Los vecinos consideran que «la justicia es muy lenta»; todavía no han acordado emprender acciones legales «por miedo a perder y tener que asumir los gastos del juicio».