Hace tres décadas que la lonja de frutas y hortalizas cesó su actividad en San Basilio -por entonces un barrio del extrarradio- comenzando una nueva era en Mercamurcia, que estos días festeja el redondo aniversario de su traslado y apertura en el complejo de la carretera de Mazarrón, en El Palmar, a cuyas instalaciones se dirigen a diario unos 700 personas a abastecerse de género.

La lonja, que hoy emplea a 200 personas y tiene un volumen de negocio que supera los 15 millones de euros anuales, tuvo diferentes emplazamientos en la ciudad, como la plaza de San Agustín, donde en 1903, siendo alcalde de la ciudad Emilio Díez de Revenga, se instaló un armatoste de hierro diseñado por el arquitecto Maristany.

La famosa pérgola, que hoy es el monumento más famoso de San Basilio, fue denostada por los columnistas de la prensa de la época porque consideraban que afeaba el entorno de dos iglesias de renombre: la de Jesús y la de San Andrés. La presión ejercida por la cofradía de Jesús, que consideraba indigna y poco decorosa esa panorámica para las imágenes de Salzillo, consiguió que el Ayuntamiento trasladara el mercado a la carretera de Espinardo, "a espaldas del hotel Castilla", donde la pérgola de hierro de estilo modernista sería reutilizada en el centro de un parque.

La lonja de San Agustín fue desmantelada -la plaza fue reconstruida según el proyecto de Daniel Carbonell- y en 1959 se erige el nuevo mercado de abastos en San Basilio, que por entonces era una zona despoblada y rodeada de huerta. En estos terrenos, donde el Ayuntamiento tenía una reserva de suelo -más de 7.000 metros cuadrados-, estaba previsto que se construyera un cuartel del Ejército, aunque finalmente se ubicó allí la pérgola y la lonja, que fue ampliada con varias naves más adonde entraban los vehículos a cargar.

Pero con la expansión urbanística las molestias no cesaban y el Ayuntamiento decidió trasladar en enero de 1980 la lonja de San Basilio a la finca de El Mayayo, donde se hizo con un millón de metros cuadrados de suelo para equipamientos: 300.000 m2 para Mercamurcia y el resto para otros fines, como los viveros municipales, un cuartel de la Policía Nacional y la prisión de Sangonera.

Martín Peña, 30 años al frente

El gerente de Mercamurcia, Martín Peña, que lleva más de 30 años al frente de la institución, recuerda que el primer edificio que abrió en el complejo fue el matadero, en 1976, "que empezó aquí sacrificando una media de ocho millones de piezas al año y ya van por los 17 millones". Mercamurcia, que forma parte de la red Mercasa -empresa pública que tiene el 49% del capital de los 'mercas' de España; el resto (51%) es de los ayuntamientos-, fue la primera unidad alimentaria con matadero. Después se estableció la lonja de frutas y hortalizas, y años más tarde la de pescados y flores y plantas. Mercamurcia es, junto con Mercabarna y con Mercavalencia, el que ofrece una oferta más completa.

Con el tiempo el complejo se ha ampliado con servicios complementarios como un polígono alimentario, complejos frigoríficos y los Cash&Carry. "Mercamurcia es el punto de abastecimiento más importante de la Región y vienen detallistas, carniceros, pescaderos, floristas y vendedores de frutas de todos los municipios e incluso de otras regiones", se enorgullece Peña, quien comenta que en el caso de la lonja de frutas y verduras se ha notado el impacto de las plataformas de distribución de las grandes cadenas de supermercados. Pero los datos son, según el gerente, espectaculares: en estas tres décadas la lonja ha pasado de comercializar 58.000 toneladas de frutas y hortalizas anuales a ochenta mil.

Loas a asentadores y mayoristas

El crecimiento ha sido tal que en estos momentos las instalaciones se distribuyen en dos pabellones que suman 85 módulos mayoristas, casi 8.600 metros cuadrados de superficie, más de 2.600 metros cuadrados de muelles y 7.000 de aparcamientos. "De Mercamurcia salen diariamente productos que han sido cultivados en Murcia, Almería o cualquier otro punto de España o incluso importados, pero con el denominador común de garantizar la mejor relación calidad-precio", según Peña.

Para agradecer la labor de los mayoristas y asentadores que han alentado el crecimiento de esta institución el pasado viernes por la noche se homenajeó a algunos de ellos. Entre los condecorados estaban Fulgencio Carrilero, quien ha tenido un módulo en Mercamurcia y en las dos lonjas que le antecedieron, en San Basilio y San Agustín, y Francisco Pardo, único presidente vivo de la asociación. Los asentadores jubilados Andrés Jara y José Martínez recibieron de manos del alcalde un diploma conmemorativo. Cámara también distinguió a Basilio y José Sánchez Segovia, Domingo Martínez Vidal, Juan López, Antonio Hernández, Carmelo Martínez, Juan y Francisco Ródenas y Francisco Pérez Nieto, todos ellos asentadores con módulo en la antigua lonja de San Basilio y hoy titulares también en Mercamurcia.