En La Ribera de Molina no era un secreto que Juan López, ‘el del campo’, y Manuel Leal se llevaban mal. Hasta el punto de que el exconcejal de San Javier había denunciado en 2016 las amenazas que sufría por parte de su vecino. El mismo vecino que el martes por la noche acababa quitándole la vida de un tiro en la cara.

La propiedad de un terreno agrícola fue el germen de la riña que acabó en tragedia. Fuentes cercanas explicaron que Juan ‘el del campo’ era quien explotaba desde hace años el terreno, pero Leal acababa de comprar la propiedad a su tío y quería que el anciano abandonase sus tierras. Tierra, en plena huerta, que acabó siendo el escenario del crimen.

Después de matar a su vecino, Juan volvió a su casa. Allí comunicó lo que había hecho, y fue su propia familia la que avisó a la Policía. Agentes de este Cuerpo se desplazaron con el criminal confeso a la parcela, y allí él les indicó dónde podían encontrar el cuerpo de Manuel Leal. Lo hallaron en pleno bancal, tendido bocarriba. Los sanitarios que se movilizaron al lugar no llegaron a intervenir. El hombre, de 58 años de edad, estaba muerto.

Juan pasó ayer su primera noche en el calabozo, y hoy pasará la segunda. Está previsto que a lo largo de la mañana de este jueves sea puesto a disposición judicial en su pueblo, Molina de Segura. Una localidad que en apenas mes y medio se ha visto salpicada de la sangre de tres crímenes: el de Juan Carlos Maya, muerto a manos del Guacho en el hospital; el de Beatriz Ros, a la que mató en Astrade su compañero, con el que no quiso seguir teniendo una relación sentimental, y este, en medio de la huerta.

«Creímos que era broma»

Se da la circunstancia de que los vecinos de La Ribera de Molina habían visto, durante el martes, cómo Juan se dedicaba a comentar que iba a matar a su vecino. «Yo le dije que las cosas se solucionaban hablando», señalaba un residente en la zona, el mismo martes por la noche. Aseveraba al respecto que estaba convencido de que lo que Juan decía era «broma» y que en ningún momento pensó que cumpliría con su amenaza.

Todos los que conocían a Juan («de verlo por la huerta», comentaban) coincidían en lo mismo el martes: daban por hecho que no hablaba en serio cuando hacía referencia a acabar con Leal. Aunque «Juan tenía que estar encerrado hace tiempo», apuntaba otro vecino.La expectación en el momento del levantamiento del cadáver era enorme, en un lugar donde nunca habían visto «tanta Policía junta», contaban.

La víctima de este crimen ejerció como concejal del Ayuntamiento de San Javier durante el gobierno socialista de Pepa García, de 2009 a 2012, en el que estuvo al frente de la delegaciones de Policía Local, Nuevas Tecnologías, Prevención de Riesgos Laborales, Centros Cívicos y Pedanías.

El actual concejal de Régimen Interior, Carlos Albaladejo, transmitió, en nombre del alcalde, que se encontraba fuera de San Javier, «la solidaridad del pueblo de San Javier, primero con la familia de Manuel Leal, y también con la familia socialista del municipio a la que pertenecía desde siempre, ante su fallecimiento».

El alcalde de San Javier, José Miguel Luengo, decretaba un día de luto oficial en el municipio, donde las banderas ondearon a media asta, por el fallecimiento de Manuel Leal, al que también se recordó con un minuto de silencio.

También en el pueblo donde se cometió el crimen. «Deseamos mostrar nuestra solidaridad y la de toda la ciudadanía de Molina de Segura con familiares y amigos de la víctima, a los que, desde este Ayuntamiento se les ha hecho llegar nuestras condolencias y pésame», ratificaba ayer la corporación de Esther Clavero.