Ya admitió él mismo, el pasado lunes, que lo había hecho. El jurado popular ratificaba ayer lo previsto: que Sidi Ibrahim D. había matado a su mujer a palos en octubre de 2015 en su casa de Beniel, donde vivían juntos, pese a la orden de alejamiento en vigor.

Al declararse él mismo culpable, los días previsto de juicio se redujeron. Al mediodía de ayer, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) anunciaba que el jurado popular ya tenía veredicto, el cual se dio a conocer minutos después: culpable, por unanimidad.

Después de ser leído este veredicto (en presencia de Sidi Ibrahim, esposado y custodiado en todo momento por agentes de Policía), la fiscal encargada del caso y el abogado del Estado (presente al tratarse de un caso de violencia de género) han pedido que se condene al hombre a 10 años de prisión por el crimen y a seis meses más por haberse saltado la orden de alejamiento.

Inicialmente, el Ministerio Público pedía 15 años de cárcel por el homicidio y uno más por el quebrantamiento de la medida cautelar. Al haber reconocido el hombre los hechos, le reducen la petición de pena.

Sin patria potestad de los hijos

Incluso el abogado defensor de Sidi se adhería a la petición de las acusaciones, que incluye también la solicitud de que se le retire la patria potestad de los dos hijos del matrimonio, que tenían 7 y 4 años cuando ocurrieron los hechos.

Precisamente al responder a una de las preguntas recogidas en el objeto del veredicto, los miembros del jurado han señalado que el crimen se produjo en presencia de los menores, por lo que la acción del acusado merece un mayor reproche.

Para los integrantes del jurado, el procesado, natural de Mali, usó un palo para propinar varios golpes a su mujer, de la misma nacionalidad y que tenía entonces 23 años. La golpeó sobre todo en el cuello y la cabeza, para quitarle la vida, o al menos planteándose la posibilidad de que ello podía ocurrir. Los jurados también se mostraron contrarios a que se pueda suspender la pena privativa de libertad o solicitar un indulto.

Tras la lectura del veredicto, el ya condenado abandonó la sala, custodiado por los agentes, para ser llevado de nuevo a la cárcel. Su caso queda a la espera de la condena que ponga el tribunal de la Audiencia Provincial.