«Siempre se ponía a la salida. No era corredor pero sí un asiduo a los encierros. Estaba ahí, los veía pasar y hasta otro año». Así definía Antonio José Candel, presidente de la asociación taurina A Porta Gayola de Blanca, al fallecido por múltiples cornadas de novillo el jueves en las fiestas de Blanca.

Candel explicó a esta Redacción que lo último que podían esperar en una de las actividades más queridas de las fiestas del municipio era que un novillo acabara con la vida de Rafael Ibáñez.

El animal, que «salió con la mirada fija en él», le asestó múltiples cornadas y le generó heridas «incompatibles con la vida». Pese a los esfuerzos médicos, el hombre, de 55 años, murió de madrugada en la UCI del hospital Virgen de la Arrixaca.

El fallecido era una persona muy conocida en su municipio y en el vecino pueblo de Abarán, donde vendía cupones de la ONCE.