La comunidad educativa del instituto de secundaria Francisco Ros Giner de Lorca se manifestó ayer frente a la sede de la Consejería de Educación en Murcia para protestar por la paralización de las obras de reconstrucción del centro, que fue demolido en 2011 tras los terremotos.

El presidente de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Ampa), Antonio Clemente, dijo a Efe que más de 300 personas se desplazaron en autocares desde Lorca para participar en la concentración y otras 300 en vehículos particulares, además de representantes de distintos colectivos de educación de la capital que también se sumaron a la protesta.

No hubo reunión con representantes de la Consejería porque éstos ya se habían reunido la tarde de antes en el ayuntamiento de Lorca con los miembros del Ampa para exponerles la situación generada en torno a la reconstrucción del instituto.

Sobre esta reunión, Clemente opinó que «fue más de lo mismo», al tiempo que señalaba que la paciencia de los padres, de los profesores y de los alumnos «se ha agotado después de 32 meses esperando» y añadía que «ya no nos valen las palabras, sino solo que comiencen las obras».

«Queremos que el centro sea construido lo antes posible», añadía Clemente, que recordó que desde que ocurrieron los terremotos los 830 alumnos del instituto y casi un centenar de docentes siguen desplazados en otros centros académicos en condiciones que «no son las adecuadas» y que están afectando al rendimiento escolar de los estudiantes, que hoy secundan su cuarto día de huelga.

Los alumnos no tienen previsto regresar a clase hasta el próximo lunes y durante toda la semana han asistido con padres y profesores a concentraciones frente al ayuntamiento de Lorca para reclamar la reconstrucción del centro, cuya primera piedra fue colocada el 14 de marzo de 2013 y cuyas obras, apenas iniciadas, debían haber concluido el próximo febrero.

Una nueva ubicación

Al respecto, desde la Consejería, el secretario general, Manuel Marcos Sánchez, confirmaba ayer a esta redacción lo que antes anunció ya a los padres: que el instituto deberá construirse en una ubicación distinta a la planteada inicialmente, debido a problemas con la cimentación incluida en el proyecto. «El centro deberá levantarse ahora en el solar que ocupan las pistas deportivas, lo que encarecerá algo el proyecto», explicaba Sánchez.

Precisamente, la petición de más dinero para retomar las obras es la razón que ha provocado el desencuentro entre la empresa adjudicataria del proyecto y la Consejería, un desencuentro que, salvo sorpresas de última hora, desembocará en la rescisión del contrato.

«Soy muy pesimista al respecto -señalaba el secretario general de la Consejería- porque en los últimos encuentros la empresa siempre se ha mostrado reacia. De hecho, sólo estamos esperando la confirmación oficial de que no seguirá con las obras para convocar el nuevo concurso».

Licitar de nuevo las obras podría retrasar su inicio entre cuatro y cinco meses, según Sánchez, algo que no gusta a los afectados, «como tampoco nos gusta a nosotros, pero no hay otra opción».

Ante esta situación, los padres del Ros Giner han decidido volver a reunirse la próxima semana para decidir si continúan con las movilizaciones, aunque en la mente de todos se da por hecho que el instituto no estará listo para el próximo curso, como se había anunciado cuando se colocó la primera piedra hace casi 11 meses.