El renovado descapotable de Porsche da un paso más en cuanto a mecánica, diseño y tecnología. Por un lado adopta, tanto para la versión que tratamos hoy de techo de lona -Boxster-, como para la variante cerrada -Cayman-, la denominación 718. Las tres cifras van más allá que una simple referencia a un deportivo de competición de finales de los cincuenta, puesto que retoma la configuración mecánica de éste, es decir, la arquitectura de motor Boxer de cuatro cilindros situado en una posición central trasera. Con este esquema, la marca de Stuttgart vuelve a emplear este tipo de propulsores que, lejos de perder prestaciones, las aumentan y de qué manera.

Pero, para no adelantar acontecimientos, podemos seguir detallando más cambios interesantes dentro de la gama. El nuevo diseño es más contundente, con un perfil afilado más proporcionado. Amplias entradas de aire, estilizados grupos ópticos (bixenón de serie, de Led en opción), trasera con una banda horizontal negra y nuevas llantas de hasta 20 pulgadas, son sólo algunos rasgos llamativos del 718 Boxster. El interior está inspirado en las líneas de la carrocería, se ha mejorado la postura al volante y se incorpora una pantalla táctil de 7 pulgadas para el sistema multimedia PCM con acceso a internet y navegación.

Y ahora vamos al corazón de los nuevos 718 Boxster: el motor de cuatro cilindros Boxer (cilindros situados en horizontal y opuestos dos a dos), que suma potencia sin resentir el consumo. Basados en el bloque de seis cilindros y tres litros biturbo de los 911 Carrera, los nuevos pierden dos pistones y bajan la cilindrada un litro, manteniendo el turbocompresor. El resultado sobre los Boxster de 2012 (atmosféricos de seis cilindros y 2,7 litros) es contundente: un aumento de la potencia de 35 CV en los dos rangos de poder, 718 Boxster y 718 Boxster S, para llegar hasta los 300 CV en el caso del primero y a los 350 CV en el segundo. El par motor también se incrementa hasta los 380 y 420 Nm, respectivamente, y se mantiene en un amplísimo rango de revoluciones, lo que se traduce en una curva más llena a medio régimen, por lo que no hace falta llevar el motor muy alto de vueltas para sacarle el mayor rendimiento. Un aspecto importante que acompaña a la deportividad del nuevo 718 Boxster es su trabajado sonido, que se puede acentuar en opción con otro escape más racing. Como en más modelos de la firma, la cadena cinemática se puede completar con un cambio manual de seis relaciones, o bien con la caja automática de doble embrague de Porsche, la PDK, de siete velocidades.

Por otro lado, el tren de rodaje se ha adaptado para las mayores reacciones mecánicas añadiendo rigidez en la amortiguación e instalando una dirección más directa. En opción hay dos tipos de suspensión, en función de la versión del motor, que rebajan la altura al suelo de la carrocería y tienen dureza variable. Hay que decir que los cuatro modos de conducción que monta de serie interactúan con varios parámetros, como la dirección, la suspensión o la respuesta del motor, para cambiar el talante del coche a nuestro gusto.

Como decíamos antes, la suma de prestaciones no ha hecho subir el consumo, pues con la nueva mecánica, los 718 gastan una media de 7,4 litros/100 km en el caso de la versión de 300 CV (gasta menos con caja automática PDK, 6,9 litros) y 8,1 litros en la versión S de 350 CV (7,3 litros con PDK).

Ya se están entregando las primeras unidades en España, con precios que parten desde los 60.371 euros para el 718 Boxster y desde los 74.263 euros para el 718 Boxster S.