Las palmeras son una especie protegida que escasea cada vez más en España, pero también se trata de un tipo de árbol que se ha convertido en imprescindible para cualquier complejo turístico que se precie, entre los que se encuentran los nuevos campos de golf que se están construyendo en toda la Región.

Ante la escasez de este árbol en el país, los responsables de los nuevos complejos han tenido que buscar soluciones en el exterior para conseguirlas y replantarlas. Y la han encontrado en Egipto.

Miles de palmeras llegan cada año al puerto de Cartagena importadas desde el puerto egipcio de Alejandría. La empresa Polaris World fue la pionera en introducirse en este mercado, pero el camino que ha abierto para la importación de estos árboles ha sido seguido por la mayor parte de todos los complejos residenciales y turísticos que se están desarrollando en el entorno de la Región.

La consignataria que se encarga de fletar los buques para la importación de las palmeras es la cartagenera Daniel Gómez Gómez, aunque también lo hace en menor medida Eirhard Mediterránea, informaron fuentes de la Autoridad Portuaria.

El principal responsable de la primera de ellas, Daniel Meca, explicó que se trata de un nuevo mercado que se ha abierto a través del puerto de Cartagena desde hace algunos años, aunque considera que subsistirá sólo hasta que haya un freno en la construcción de los complejos de golf.

Daniel Meca indicó que a lo largo del año pasado se fletaron cinco buques con capacidad para unas setecientas palmeras cada uno, por lo que se contabilizaron unas 3.500 plantas de esta especie. Además, añadió que este año ya han desembarcado tres barcos con estos árboles en los muelles cartageneros y que esperan alcanzar las mismas cifras que en 2004.

El consignatario señaló que el transporte de las plantas se lleva a cabo cumpliendo con todos los requisitos medioambientales y sin que las palmeras sufran ningún tipo de daño. Agregó que se trata de unos árboles muy resistentes que precisan de poca agua y que pueden estar bastantes días sin estar plantadas.

No obstante, indicó que una vez llegan al puerto, se trasladan de inmediato a varios viveros de la Región, donde son replantadas hasta que las requieren los complejos para su plantación definitiva.