La galería Art Nueve de Murcia acoge estos días la primera exposición individual en Murcia de Enrique Veganzones, un artista nacido en Madrid en 1995, donde realizó sus estudios en Bellas Artes y donde ha expuesto habitualmente en los últimos años.

Veganzones muestra en su obra una economía de medios, sus colores planos y elegantes buscan así una pureza formal y una esencialidad en la captación de la realidad. En palabras de la crítica Mara Mira: "Una poética pictórica desde una rigurosa y severa economía de medios. No es un artista excesivo o enfático: ordena el caos intentando una depuración formal que prescinde de todo lo accesorio".

En su utilización del color ha llegado a pintar cuadros completamente blancos a lo largo de cinco años (aunque en la muestra de Art Nueve el blanco queda matizado por otros trazos de color intensos y firmes). Sin embargo, como indica de nuevo Mara Mira, ningún croma hay que revele más sutiles cambios de matices que el blanco.

Aparentemente sencillo en su geometría perfecta, hay en la realización de su obra un cuidado "que nada deja al azar". Pero sobre todo, y siguiendo a la crítica, estas formas elegantes de Veganzones parecen responder a la elegancia de su mente, a sus formas de pensamiento, pues, al fin, el deseo del artista parece consumarse en la materialización de una imagen mental. Podemos entonces indicar que hay en su filosofía creativa una forma de conocimiento y, a la vez, de representación de la realidad, pues el conocimiento puede no ser otra cosa que esa proyección mental de las cosas que se ponen ante nuestra mirada. Pensamiento y realidad serían así una misma cosa.

Pese a la utilización del color en estos cuadros que ahora pueden verse en Murcia, los blancos persisten en una especie de vacío que Mara Mira compara con los vacíos de la poesía China, que cuando aborda una verdad inalcanzable deja un vacío central. Los blancos de Veganzones ocuparían ese lugar del vacío.

Diálogo

Pero el propio pintor lo explica así: "Orientado en franjas verticales, cada blanco mantiene un sutil diálogo con su contexto, y adquiere su identidad experimentando cambios en su temperatura, su profundidad, su espacio, su apertura o cierre (su opacidad), su sincronía con la luz que ilumina el propio objeto. Redescubrir así el blanco es recuperar lo más valioso, presente en cada matiz diferente"

La pintura del creador madrileño ha de verse al natural, según recomienda Mara Mira, la reproducción en papel puede ser engañosa: "Tanta esencialidad -escribe en el catálogo- le permite crear un universo singular de sutilezas y matices que debe ser visto al natural, no tanto por sus dimensiones como por la intensa sensualidad de sus cromas que sugieren reveladoras formas, densidades contrapuestas que semejan presencias flotantes a merced del movimiento".