Las cuatro últimas contrataciones que ha llevado a efecto el director deportivo del FC Cartagena advierten de que el equipo sufre un ´overbooking´ de efectivos que va a ser difícil de solucionar semana tras semana.

La entidad cuenta, en estos momentos con 21 jugadores de la primera plantilla -contando con el fichaje de Akinsola-, a los que hay que añadir tres del filial, entre ellos el meta titular Víctor Ibáñez.

De esta manera tiene a tres cancerberos -Víctor, Juanma y Molina-, para una posición, cinco medios centros -Mariano, Marcos, Diego Segura, Urzaiz y Cristiano-, para dos lugares en el once inicial y cuatro delanteros -Florian, Perona, Raimondi y Akinsola-, para uno o dos lugares.

El director deportivo se ha querido cubrir las espaldas en posiciones muy concretas, como las que ya hemos citado, argumentando que la temporada es muy larga, que durante la misma se producen todo tipo de circunstancias imprevistas -sanciones o lesiones- y que es mejor tener bien arropados puestos importantes. Sin embargo, la parte negativa llega cuando futbolistas de los que han llegado no van a tener apenas minutos y el entrenador ya está empezando a dejar de contar con algunos de ellos.

Recordemos, por poner varios ejemplos, que Molina aceptó fichar cuando el equipo tan sólo tenía un portero, ya que René se marchaba. Pero el cartagenero, que pertenece al Real Madrid, se ha encontrado con que ha acabado siendo el tercero en la lista de Pato y sus opciones de jugar parecen muy lejanas a día de hoy. Si su objetivo era seguir creciendo y madurando a través de jugar como titular, en este equipo parece que lo va a tener complicado, ya que Víctor es a día de hoy inamovible y Juanma es el que está siendo citado en las convocatorias como sustituto.

En el centro del campo ocurre algo similar. Reverte decidió contratar a última hora, casi con el periodo de fichajes ya cumplido, a dos medio centros de corte defensivos -Cristiano y Urzaiz-. Su protagonismo ha sido fugaz, ya que Diego Segura se ha convertido, junto con Marcos Rodríguez, en el tándem preferido por Pato. Ahora, con la llegada de Mariano Sánchez -el quinto en discordia-, la carrera por la titularidad se puede convertir en un auténtica lucha de titanes.

Por último, Akinsola es esa oportunidad que le surge al club cartagenerista en el último instante, que aprovecha su situación de parado para contratarlo. Ahora son cuatro delanteros para un sistema que en unas ocasiones requiere de dos y otras veces de sólo uno. Como las cosas están funcionando -hasta el momento- muy bien, no parece que a Florian o Perona les puedan mover la silla. Pero Akinsola no llega de mero espectador y Nicolás Raimondi se podría considerar el príncipe destronado -es el primero al que renovaron tras su aceptable segunda vuelta el año pasado-, porque se veía con un puesto como titular esta campaña.

A partir de este momento, el preparador oriolano va a tener que saber utilizar toda su psicología para evitar conflictos dentro del vestuario ante tal cantidad de jugadores que ocupan los mismos puestos. Una mala racha siempre es el desencadenante.