Corrupción política. El Universo Marvel siempre hizo gala de unir realidad con fantasía en muchas de sus historias. El famoso Caso Watergate, de escuchas y grabaciones ilegales realizadas por el propio presidente Nixon, tuvo como resultado el fin de su mandato y un cambio en la confianza de la sociedad americana hacia las instituciones públicas. Este argumento dio paso a una de las mejores sagas de la serie Capitán América que, en aquellas fechas, compartía cabecera y peleas con El Halcón, quienes se vieron envueltos en una trama para destruir el poder establecido, potenciado desde la propia cúpula del Palacio Oval. La reacción lógica de un súper patriota, como el Capitán América, fue de total repulsa hacia todo lo que lo motivaba desde que se pusiera el uniforme, un descreimiento del poder establecido y una pesimista visión del futuro. Esa falta de valores le llevaría a abandonar un traje enfundado en los años cuarenta y tomar un nuevo manto con la denominación de Nómada, un héroe sin patria. Una vez conocido el abandono, muchos serán los voluntarios que querrían continuar su labor llevando un traje de barras y estrellas, con mejor o peor fortuna. De esto y de muchas otras historias llega cargado el sexto ómnibus, de más de 500 páginas, del Capitán.

La última luna llena. Tres libros han sido necesarios para recopilar todo el material del licántropo Marvel más recordado producido en la década de los setenta. Si en los anteriores el personaje apenas se inmiscuía en el universo Marvel, y otros héroes de la casa hacían apariciones muy de tarde en tarde, en este tercero las aventuras tienen un componente más alejado del panorama terrorífico y más cercano al fantástico. Podremos comprobar como interactúa con Caballero Luna, Iron Man, Hermano Vudú, Morbius y formando equipo en un grupo muy cogido por los pelos, como fue La Legión de los Monstruos, un no grupo reunido por casualidad: Motorista Fantasma, Hombre Cosa y de nuevo Morbius, el vampiro viviente, junto con el Lobo, pasaban por allí para liarse a cabezazos con el primer desgraciado que se encontraron para, después, marchar cada uno por su camino. Incluso se llegó a eliminar la irracionalidad de la bestia dotándole, en sus últimas historias, de consciencia humana. Aquella tontería duró poco y, en la década de los noventa, resurgiría una nueva trayectoria con un regreso a los orígenes, aunque aquello es otra historia. Sin embargo, la buena labor de guionistas de la talla de Moench y Mantlo dio buenos resultados y algunas de las mejores historias de monstruos, no exentas de humanidad y sensibilidad, a la par que zarpazos y dentelladas, que merecen ser disfrutadas con el vello erizado.

Dinosaurio Kirby. El último trabajo que quedaba por editar del gran Jack Kirby, para Marvel, ya está aquí. Dinosaurio Diabólico es un medio alejamiento de Kirby de las historias fantacientíficas y de esencia tecnológica, para adentrarse en un mundo prehistórico donde un dinosaurio rojo y un primitivo humano con el cuerpo cubierto de tupido vello azul, cosas de la censura, forman pareja contra un mundo que les rechaza, uno por ser temido y voraz y el otro por ser enclenque y canijo. En su marcha se enfrentaran a otras criaturas prehistóricas, como extraños monstruos nacidos de la efervescente imaginación del maestro, tribus belicosas y, como no podía ser de otra manera, la típica incursión alienígena buscando especímenes para experimentar. Prehistoria, pero al estilo de Kirby, donde lo más raro, lo más fantástico y lo más surrealista puede llegar a suceder.

Esta serie fue editada en puro blanco y negro por la añorada editorial Vértice en los años ochenta y es ahora, con sus colores originales, que Panini la edita completa y con algún material extra. Una obra menor que resulta toda una gozada para disfrutar, con ese desbarre más que medido de un genio inmortal del comic como fue el gran Jack Kirby.

Gris. Antes que verde, Hulk fue gris. La cosa duró unos seis números, hasta que se fue encaminando el personaje y mutó de color. Hace unos años Loeb y Sale dieron luz un relato que ahondaba en los primeros días de la existencia del gigante gris. Aunque de cerebro primitivo y descontrolada fuerza, veremos al personaje mantener unas mínimas relaciones con la mujer a la que ama, con un chaval que le protege tras salvarle la vida o con el odio más exacerbado con el militar, otro monstruo, aunque humano, que le teme como una fuerza incontrolable a la que hay que doblegar. Un plus del relato lo aporta la aparición de Tony Stark dentro del primitivo traje de Iron Man, que se enfrenta a Hulk con más chulería que capacidades. Otro plus muy interesante es el bloque final, donde descubrimos toda una suerte de dibujos y bocetos de Sale para la serie, así como una entrevista a los creadores. Un libro visualmente muy atractivo que es una gozada.