Respirar bajo mares y océanos ha sido desde hace años una de las grandes cuestiones que se plantea el hombre, y aunque numerosos científicos e investigadores proponen cada cierto tiempo algunas innovadoras opciones a través de experimentos químicos e innombrables materiales, hay una forma más sencilla y al alcance de cualquiera para acceder, aunque sea durante periodos limitados de tiempo, a esa inexplorada vida paralela que coexiste en los fondos marinos: el buceo.

«Tenemos la mejor costa de Europa para bucear, no nos superan ni las Islas Canarias ni las Azores», sentencia José David Balcázar, director de la Escuela Balkysub. Él dirige este centro ubicado en Cabo de Palos y explica que la geografía de nuestro litoral hace que sea «una zona muy expuesta a corrientes que llegan del Mar de Alborán o del Estrecho de Gibraltar». Este gran hidrodinamismo lo relaciona directamente con la generación de vida marina y detalla que en nuestra costa podemos nadar junto a «peces luna, águilas marinas, algunas tortugas que salen a respirar, sardinas, chirretes, meros o lubinas», entre otras especies. Cuenta que el público que se acerca a su centro de buceo es muy diverso: «Tenemos una actividad de snorkel para toda la familia donde pueden venir niños de incluso cinco o seis años acompañados de adultos», comenta. Esta iniciación entraña un carácter educativo, ya que se conduce a los grupos por la costa mostrándoles unas fichas con las especies de flora y fauna que se van encontrando. «La premisa principal de los buceadores es llegar a los fondos marinos para observar y proteger el medio ambiente, nunca dañarlo», subraya José David.

También ofrecen cursos de submarinismo, que se alargan durante al menos cuatro días y que incluyen un mínimo de cinco inmersiones. «En este caso se enseñan técnicas, ejercicios y normas más específicas con un instructor con el que se pueden alcanzar los 18 metros de profundidad», explica. Según detalla, esta actividad tiene más éxito a partir de septiembre, ya que «en julio y agosto vienen más veraneantes o turistas, por lo que está más lleno y los buceadores certificados prefieren esperar».

El plato estrella tanto en este centro como en toda nuestra costa es el bautismo de buceo. Beatriz Martínez tiene 24 años y esta semana va a estrenarse en el mundo submarino de La Azohía. «Es un deporte que nunca he practicado y me llama mucho la atención porque es hacer algo que el ser humano de normal no puede», relata. También le otorga bastante importancia a poder «conocer el patrimonio que tiene la Región de Murcia bajo el agua». Reconoce que no le da miedo, sino que está «deseando» el momento.

Uno de sus instructores será Alejandro Robles, que está realizando la parte práctica de su formación como guía de buceo en la Escuela Amigos del Azul. «La actividad de bautismo se puede realizar en la piscina o en el mar», explica, «ya sea desde una playa o desde un barco». Sin embargo, Cabo Tiñoso fue catalogado como reserva marina protegida en el año 2016, por lo que la opción del barco en Cala Cerrada ya ha sido descartada y optarán por hacerlo en alguna otra playa de La Azohía. «El bautismo representa la primera vez que te sumerges en el mar de forma autónoma con un equipamiento de respiración», manifiesta Alejandro. Lo que le espera a Beatriz es una primera clase teórica, una explicación posterior del funcionamiento del equipo y, finalmente, colocarse de rodillas con la cabeza sumergida en el agua «para comprobar que no sufre agobio y para coger confianza en el equipo». A continuación, tal como precisa el instructor, «se irá aumentando la profundidad de inmersión hasta rondar los seis u ocho metros como máximo».

Por su parte, Ana Carretero hizo su primera incursión el pasado verano con 15 años, en la Escuela de Buceo Naranjito de Cabo de Palos, y este año ha repetido. «Mi diploma dice que estuve treinta minutos debajo del agua y alcancé ocho metros y medio de profundidad», cuenta, y especifica que lo más le gustó fue «los bancos de peces, pulpos y estrellas de mar» del increíble fondo marino que vive bajo nosotros.

Más de 200 centros y clubes asociados

La federación de actividades subacuáticas de la Región de Murcia cuenta actualmente con un registro que supera las dos centenas de asociados entre clubes y centros de buceo distribuidos por Águilas, San Pedro del Pinatar, Mazarrón, La Manga o Isla Plana. Tal como explican desde la propia organización, su objetivo es «fomentar la buena práctica del deporte subacuático». Para ello, realizan formación continuada a lo largo de todo el año y desarrollan actividades con el fin de «ayudar a preservar el medio marino a través de la colaboración en limpiezas de fondos, expediciones de arqueología submarina, cursos de biología o charlas didácticas». En este sentido, el director de Balkysub, centro asociado a la Federación, explica que «el buceo es un deporte caro, ya que requiere materiales muy específicos, medidas de seguridad elevadas y un equipo muy entrenado». Por tanto, insiste en advertir a la gente que «no se deje llevar por precios demasiado económicos, ya que algunos clubes no asociados podrían no cumplir con los estándares mínimos».