Merce Marín, 1981

Discjockey radiofónica Murcia de la quinta de los 60

Foto: Ángel Fernández Saura

La chica 40

Cuando he escrito en otros momentos de la 'mirada' de Ángel Fernández Saura, fotógrafo, di prioridad en la reflexión al tiempo y el espacio; al ritmo de su observación ante el movimiento de las cosas y de los momentos; quedó un poco de lado su dedicación al retrato; tan sencillo y tan complejo a un tiempo, cuando la expresión tiene que descubrir la forma y el alma del personaje, su quietud momentánea. Aquí, en esta colección, tenemos tiempo de hacer este análisis hasta sus últimas consecuencias.

Merce Marín Cazorla es rabiosamente joven en todo tiempo; de edad desconocida y hermosamente madurada. Ella es historia de la radio española y, por supuesto, de Murcia, su tierra. Era una niña cuando don Arsenio Sánchez Alcarria vendió Radio Murcia a la Cadena Ser. Recuerden aquella radio de El Gran Musical los domingos por la mañana, Iñigo, Lucky y la generación de los 60, a cambio de los antiguos discos dedicados de la tradición. Llegó con ella el invento de la radiofórmula, del autocontrol en el estudio de FM, de Los 40 Principales. Hacía falta juventud, temperamento, gracia y conocimiento musical. Ella, Merce, se convirtió en estrella para ser la 'chica 40', o la mujer 10, que también le cabe en su significativa y permanente adolescencia. Todos nos enamoramos de ella y siempre hubo un lugar en la pared para el poster de una revista cultural de entonces, El Pregonero, que la retrató de sirena, comida por los peces pirañas que éramos el resto de los fans.

Saura, este visionario de la fotografía, adelantado del personaje y su propia vida la estremeció en la discoteca de la radio; ahí está la estantería de los vinilos LP a las espaldas de esta criatura diáfana de sonrisa plural. Los rancios por naturaleza bailamos a su son y su ritmo; porque actuar en un autocontrol con la música pop o rock de aquellos tiempos era buscar una nueva sociedad desdramatizada. La radio de Los 40 Principales sonó hasta la saciedad y ella alcanzó el estrellato.

Si alguna vez alguien llama a los 40, los 40 'insoportables', siempre queda excluida de la apreciación la adorable Merce Marín, profesional única del medio joven; su voz, que empezó a hacernos olvidar a las de campana, que tanto se llevaban en aquel tiempo.

Juan Bautista Sanz