La batalla a la que se tiene que enfrentar el Real Murcia el sábado -a las 17.30 horas ( BeIN)- para mantener vivo el objetivo de regresar al fútbol profesional contará con muchos frentes abiertos. El conjunto grana deberá remontar en el Martínez Valero el 0-1 del encuentro de ida y, para ello, tendrá que enseñar los dientes más de lo que lo hizo el pasado fin de semana en la Nueva Condomina. Se espera que el equipo que dirige José María Salmerón asuma muchos más riesgos en ataque, y al mismo tiempo lo haga sin descuidar su portería para no recibir un gol que le pondría todavía más cuesta arriba la primera eliminatoria del play off de ascenso a Segunda División. No obstante, la plantilla murciana también tendrá que luchar contra los números para salir airoso del segundo asalto y mantener vivo el sueño de los casi tres mil aficionados que le acompañarán en Elche.

Y es que, a pesar de que el Murcia ha sido capaz de sumar puntos varias veces en una plaza a la que en los últimos años acostumbraba a visitar en la categoría de plata, sus dos últimas victorias en el Martínez Valero son los únicos resultados que le permitirían seguir con vida en su lucha por regresar a Segunda este curso. Hace poco más de tres lustros, los murcianistas firmaron un marcador que sería el escenario ideal para el sábado, ya que el 0-2 conseguido el 3 de noviembre de 2002 por el cuadro murcianista en el Martínez Valero sería el primer resultado de los últimos ocho partidos disputados en Elche que le permitiría seguir buscando el ansiado ascenso en la segunda ronda de las eliminatorias. Los tantos de Tito y Loreto firmaron por aquel entonces la quinta victoria de las 23 que le llevaron a hacerse con el ascenso a Primera y el posterior título de Segunda División.

Ese triunfo fue el primero en Elche después de 52 años sin vencer allí y dejó las primeras pinceladas del éxito que se conseguiría meses más tarde personificado con el gol de Acciari ante el Levante, quien vivirá el encuentro de vuelta desde el banquillo al ser el segundo entrenador del Elche. Lo mismo que ocurre en el caso de David Karanka, quien también saltó al césped en esa victoria del Murcia en el Martínez Valero y que el sábado se sentará en la bancada visitante como segundo entrenador grana. Quien tendrá la oportunidad de volver a vestirse de corto, si Pacheta, el técnico del Elche, le incluye en sus planes, será Nino. El veterano delantero, de 37 años de edad, disputó el choque de 2002 y podría estar también en el último de ambos conjuntos en este curso tras su regreso al Elche en 2016 tras pasar por el Levante (una temporada), el Tenerife (cuatro campañas) y Osasuna (cinco temporadas).

No obstante, no hay que echar la mirada tan atrás para encontrar la última victoria del Murcia en el lugar que visitará este fin de semana, y que además también le permitiría eliminar a su rival. El conjunto grana consiguió sacar la cabeza de otra situación agónica cuando se plantó en el Martínez Valero en junio de 2010 con la necesidad de lograr un triunfo que le permitiera seguir un año más en la categoría de plata (1-2). Una victoria, con los goles de Dani Aquino y Chando, y con Acciari visitendo la camiseta franjiverde, que dos semanas más tarde sirvió de poco cuando lo sucedido en Montilivi condenó al Murcia a la categoría de bronce. Sin embargo, ese resultado mantendría a los de José María Salmerón en su camino, puesto que con el 0-1 de la ida sería el nombre del Murcia el que estuviera en el segundo sorteo de Las Rozas el próximo lunes al valer doble los tantos lejos de casa.

Esa será la principal baza con la que jugará el técnico almeriense, junto a que los números del equipo en esta campaña mejoran ostensiblemente como visitante, y la razón por la que el conjunto grana deberá de ser más atrevido el sábado. Si el Murcia es capaz de adelantarse primero, obligaría al Elche a tener que asumir más riesgos para evitar la prórroga, y un posible segundo tanto visitante provocaría que los de Pacheta tuvieran que buscar, al menos, el empate.