La plantilla del Lorca FC ha tardado mucho en reaccionar con respecto al vacío de poder que existe en el club desde que el pasado 27 de enero, el dueño, Xu Genbao, se marchara a Sanghai. Fue en víspera del Rayo Vallecano-Lorca FC, coincidiendo con el fracaso de la venta de la entidad lorquina a Félix Moneo. Desde entonces, el club ha funcionado gracias a los empleados de las oficinas, Javier Rufete, Lucas García, Javier Jaén, Pedro Cazorla y Antonio Guerrero.

Por fin alguien se ha atrevido a denunciar el estado de desidia institucional por el que atraviesa el Lorca FC. Lo hizo uno de los capitanes, Carlos Peña, quien ayer, en rueda de prensa, dijo que «la motivación que tenemos es mostrarnos día tras día, arrimar el hombro por este club y los compañeros y, sobre todo, dar la cara por la gente que nos está apoyando. La situación del club no es nada sencilla desde enero; desde que no se produjo la venta nos sentimos abandonados por la dirección. Aquí no ha venido nadie a dar explicaciones. Solo se han quedado cuatro o cinco personas en las oficinas, que son los que están tirando de este barco, son los que nos están poniendo las cosas fáciles día a día. No tenemos noticias ni del director general que había ni del presidente del club. Lo único es que hasta día de hoy estábamos cobrando, pero el mes de abril no lo hemos recibido», decía el futbolista.

Peña también hizo autocrítica: «Sabemos que hemos hecho muy mal las cosas en el campo, estamos descendidos desde hace mucho. No hemos estado a la altura, pero mucha responsabilidad es de la gente que no está dando la cara. La suerte que tenemos es que pese a todo este club está rodeado de grandes profesionales, gente que es de Lorca y quiere a este club. Luego hay otra gente que se subió a este barco y no ha cumplido la expectativas. Hay un vestuario sano aunque en el campo hemos sido muy malos, con 30 puntos no podemos decir otra cosa, pero luchamos para darle a la gente que viene a los partidos alguna alegría», explicó.

El jugador ahondó en más asuntos que han rodeado al equipo: En enero se filtró una lista de bajas, compañeros sabían que se marchaban sin que el club se lo hubiera dicho. Hablaban de venta. No se vendió faltando dos o tres días para que se cerrara el plazo del mercado de invierno. Aquí no vino nadie a explicarnos nada ni a dar la cara, tan solo los empleados que gracias a ellos, esto sigue funcionando. De arriba nadie ha venido a decirnos nada. Todo esto se tiene que saber. Hay que gente que tiene que dar la cara y no lo ha hecho», terminó diciendo.