Una vez más, el UCAM Murcia dibujó mal una curva, y en la que a punto estuvo de estrellarse. Pasándose de frenada, incluso en algunas fases del partido frente al Recreativo por carecer de velocidad, el 'quitamiedos' salvó una vez más a un equipo que puede presumir en algunos tramos de este circuito 2018/2019 de tener una pizca de flor. Cuando menos lo merece gana, y conforme mejor juega, menos puntos suma.

Por tanto, a este UCAM tan difícil de sujetar y de leerle la cartilla, no hay persona o equipo rival que sepa por donde puede resurgir un conjunto que sigue vivo en la lucha por los puestos de play off. Eso sí, los universitarios cuentan con un talismán que hasta en su peor día resulta decisivo. Intervino tres veces, y lo hizo de forma providencial. Todo lo que toca lo convierte en oro: Marc Fernández sigue encabezonado en meter al UCAM Murcia en los play off por el ascenso de categoría. Tocó un balón que provocó el penalti sobre Onwu, una pena máxima que él mismo se encargó de transformar de forma magistral. Y una vez más, cuando peor lo pasaba su equipo, en el momento exacto, surgió para enviar un balón con 'lacito' en paquete de regalo para que Urko Arroyo marcase en boca de gol.

En líneas generales, el equipo se mostró efectivo en defensa, salvo por la poca precisión a la hora de desviar el peligro en el tanto recreativista. Contundente por alto, y seguro hacia su espalda, el UCAM repelió a una de las delanteras más espectaculares que se recuerdan en el Grupo IV y que, sorprendentemente, careció de pegada y definición en la tarde de ayer. Los Gorka Santamaría, Lazo, Boris Garrós o Natalio (a pesar de todo, sigue siendo un buen refuerzo para Segunda B) no pusieron en apuros a Javi Jiménez durante el encuentro, y cuando lo consiguieron, fue más por la creatividad de un pelotero como es el exmurcianista Rafa de Vicente. Igualmente, la entrada en el once de Abel Gómez no confirió control ni imaginación a un UCAM que tampoco encontró el camino al área por las bandas. El respetable de La Condomina pasó más tiempo criticando los pases hacia el portero de su equipo, en lugar de disfrutar con unas llegadas de peligro que brillaron por su ausencia.

Pero al final, como lo que manda es el resultado, más aún en la durísima Segunda B, el UCAM cosechó su tercer triunfo en esta segunda vuelta (once partidos). Tras tres semanas sin ganar, la soga apretaba en más de un cuello si el equipo no conseguía sumar tres nuevos puntos. Los de arriba siguen sumando, por lo que el UCAM no se podía permitir un nuevo tropiezo.

Sin embargo, no saltó al césped el equipo de Luis Casas como en los dos últimos encuentros bajo la tutela del almeriense. Sin chispa y sin profundidad, al menos el equipo se mantuvo bien replegado atrás a la espera de que sus oportunidades se precipitaran. «Han tenido una y media, y han metido dos», dijo César Negredo, técnico del Recreativo, tras el encuentro en sala de prensa. Y con esa ocasión y media, le bastó al UCAM para seguir alargando su lucha.

Duró demasiado el tanteo entre ambos equipos. Con miedo a encajar un gol que tirase por tierra el trabajo de toda la semana, el aspecto táctico premió por encima del creativo, sin dejar lugar para la inventiva de los hombres encargados en esa tarea. Abel Gómez, en el bando local, y De Vicente, por parte recreativista, aparecían a cuentagotas y sin posibilidad de hilvanar jugada alguna. El choque adquirió un tono gris oscuro carente de toda magia, algo característico a estas alturas de la temporada, en la que los objetivos están bien marcados para cada contendiente, y vio como el balón parado empezaba a convertirse en la única vía de escape hacia la portería.

Casi sin darse cuenta, el Recreativo forzó un importante número de saques de esquina y faltas laterales que expusieron la gran fortaleza del UCAM para rechazar ese peligro. Santamaría y Natalio buscaron el remate, pero se quedaron cerca incluso de armar disparos decentes. El UCAM necesitó más de veinte minutos para sumar su primera llegada a la portería de Marc Martínez. En el 22', Kitoko llegó hasta línea de fondo en una de sus pocas intervenciones en ataque para servir a Colinas, pero el menudo atacante del UCAM no conectó bien el remate de cabeza.

Sin embargo, precisamente a raíz de un saque de esquina, forzó el UCAM el penalti del partido. La zaga onubense despejó el córner en primera instancia, pero Marc Fernández apareció para recoger la pelota en banda. La colgó hacia el área, y cuando la pelota sobrevolaba la zona de castigo, Sergio González forcejeó con Onwu, propiciando un agarrón mutuo que en primera instancia pareció penalti, y que después en las imágenes dejó dudas. Bosch Domenech señaló el punto de penalti. No dudó Marc Fernández en asumir la responsabilidad, dando muestras de su liderazgo y despejando toda duda. Con esa confianza sobre su espalda, disparó con potencia a media altura haciendo inútil la estirada de Marc Martínez, que adivinó la intención. Toco la parte interior del poste, y para adentro. El catalán ya lleva doce goles en esta Liga.

Con un mundo de tiempo por delante, el UCAM tenía ante sí la misma prueba que vivió frente al Linense hace dos semanas: demostrar que es capaz de cerrar los partidos. Pero no fue el caso. El Recreativo llegó al descanso achuchando al UCAM, encasillándolo poco a poco, aunque sin hacerle sufrir. Siguió mostrando mayor autoridad el equipo de Luis Casas sin balón que con él. Reclamó el Recreativo penalti por mano de Marc, aunque el colegiado no decretó nada. Exponiendo su falta de pegada, los onubenses dominaron de forma estéril e insuficiente.

Tras el descanso, los cambios y el rudo trabajo en el centro del campo robaron el poco ritmo del que podía presumir el encuentro. Al final, por más empuje e insistencia que por atributos ofensivos, el Recreativo se volcó, topó una y otra vez con el muro universitario, y no encontró el camino hacia el gol hasta que Rafa de Vicente consiguió sacar al conejo de la chistera.

Combinó de tacón en el 75' con Lazo para que este disparase con todo, aunque sin precisión. Y tres minutos después, apareció de forma magistral para propiciar el empate visitante. Recogió un gran pase de Agudo, se adentró en el área, fintó ante Dani Pérez, y sirvió desde el primer palo hacia el segundo para la aparición de algún compañero. Javi Jiménez rozó el cuero, pero Boris Garrós no tuvo problemas para remachar la pelota hacia la portería.

Pero, de forma sorprendente, cuando más crispado estaba el UCAM, el equipo de Luis Casas sacó de su ensimismamiento a todos los presentes con una jugada que dejó sorprendido a todo el mundo. De Bustos hacia un Marc Fernández al que le cayó la pelota en banda, puso el ojo en el corazón del área chica, y sirvió para que Urko, anticipándose a toda la defensa, hiciese el definitivo 2-1. Un servicio que puede terminar de reactivar a un hombre importante del ataque universitario, y un gol que puede significar el comienzo de una racha necesaria.