El UCAM CB Murcia se olvidó ayer de todo lo que había llevado a competir cuerpo a cuerpo ante cualquier rival. El equipo universitario volvió a caer ante el Betis (63-70), otro colista después de perder hace unas semanas en Burgos, y con cada fallo en ataque su llama se fue apagando hasta el punto de jugar casi a ciegas en las dos canastas. Y es que, si en la parcela ofensiva concluyó el encuentro con malos porcentajes desde todas las líneas, en la defensa, su mejor virtud durante el curso, dejó a la luz varias grietas por las que el equipo verdiblanco no dudó colarse.

Nadie se fiaba del Betis, con una victoria en once jornadas hasta ayer, pero tampoco entraba en las cuentas de ninguno de los aficionados que acudieron al pabellón que el equipo que dirige Óscar Quintana, exentrenador del cuadro murciano, se llevase el triunfo en su regreso al Palacio. Sobre todo porque el UCAM volvía a casa tras poner contra las cuerdas hasta en dos ocasiones a todo un Real Madrid y después de imponerse en Israel en la Champions en un ambiente con todo en contra. Pero, al igual que ocurrió en el encuentro ante el Obradoiro después de lograr la histórica victoria en el Palau, el equipo universitario se volvió a dar de bruces con un juego rudo, lento y cargado de imprecisiones.

El UCAM desconectó. El impulso que trató de darle al inicio de la segunda mitad con un juego más parecido al de las últimas semanas duró apenas unos minutos y el Betis respondió con el ala-pívot Ryan Allen, con 14 puntos tras el descanso, y con el alero Blake Schilb, con 13 puntos también en en la segunda parte. Ellos prácticamente dieron la victoria al cuadro andaluz y apagaron a un UCAM que se quedó sin batería.

Por momentos, los jugadores del Betis, igualaron en intensidad a los universitarios. Y eso es algo que la plantilla que dirige Ibon Navarro, entrenador del UCAM, no se puede permitir porque ahí es cuando empieza a perder suprincipal arma para doblegar a los rivales. Tan solo el base Clevin Hannah fue capaz de leer lo que requería cada momento del partido y, seguramente, eso fue lo que le llevó a ser el jugador que más tiempo estuvo sobre la pista.

El equipo murciano, al contrario que otras tantas veces, no supo encajar los golpes. A las primeras de cambio se vio en el suelo del 'ring' y se levantó con la intención de golpear a su rival, pero todos sus puñetazos iban al aire. En la falta de chispa en ataque, donde la superioridad en el rebote (40 de los locales por los 33 visitantes) tampoco ayudó, se vio reflejada en el poco acierto desde el perímetro de jugadores como Oleson, Benite o Urtasun, quienes tan solo lograron convertir tres triples de los veinte que intentaron entre todos. Y, por dentro, el UCAM no encontró el equilibrio sin un Soko que volvió a firmar unos números discretos después de cuatro partidos destacando en esta parcela.

No obstante, los síntomas comenzaron a aparecer bien temprano. Al UCAM ya le costó arrancar el partido y tan solo la lucidez de Hannah parecía señalar el camino a los universitarios (7-4). El Betis aguantó las primeras embestidas gracias al poderío de Anosike en la pintura, con 7 rebotes en los primeros diez minutos, pero el base universitario desatascó de nuevo a los suyos con un triple (12-8). Con las rotaciones, los de Navarro continuaron sin poder despegar y el equipo andaluz reaccionó con dos triples consecutivos de Alfonso Sánchez (14-16).

En el segundo cuarto al UCAM le costó otra vez mantener la intensidad en su juego. El engranaje del equipo murciano funcionó a base de tirones y el Betis alcanzó su máxima ventaja hasta entonces (17-22). Hannah volvió a tomar las riendas sacando petróleo por dentro y Lukovic, con cinco puntos consecutivos, apareció en el mejor momento para intentar despertar al UCAM (32-28). Una técnica señalada sobre Quintana acabó con un triple de Benite desde la esquina que fue lo que permitió llegar al descanso con una cómoda ventaja (39-31).

Tras el paso por vestuarios, el UCAM por fin consiguió desperezarse e imponer su ritmo. El goteo de puntos fue mucho más constante y eso le permitió poder contar con una ventaja de trece puntos (44-31). Sin embargo, cuando parecía que el triunfo se iba a quedar en el Palacio, aparecieron Ryan Kelly y Blake Schilb para, junto la peor versión del equipo murciano, ponerse por delante en el marcador hasta el final del encuentro (50-57). En los últimos diez minutos el UCAM aprovechó varias defensas y otras tantas visitas al tiro libre para empatar el encuentro con un triple de Álex Urtasun (57-57). Pero a partir de ahí el Betis encontró campo abierto en cada uno de sus ataques, mientras que el UCAM se atascaba con sus posesiones y alguna que otra decisión precipitada que impidieron una posible remontada (63-70).