El Cartagena parece decidido esta temporada llegar un pasito más al menos en la Copa del Rey, un torneo en el que no suele ser demasiado aventurero, pero en el que hace unos años se llevó una alegría al medirse al FC Barcelona. El triunfo ayer por un agónico 2-1 ante el CD Mirandés le hace ser optimista y mira ya de reojo el próximo sorteo que se celebra este viernes para ver dónde y con quién deberá medirse en la tercera ronda.

El conjunto entrenado por Alberto Monteagudo superó a un duro oponente como es el conjunto burgalés, que se agarró al partido cuando el choque caminaba por 2-0. Los goles de Cristo Martín, en el primer tiempo, y de Chavero, en el segundo, ponían al equipo en la siguiente eliminatoria, pero Eloy Gila recortó distancias y a media hora del final todo estaba por decidir. Sin embargo, el equipo local jugó bien sus bazas; no se echó atrás y tuvo personalidad, quiso el balón y llegar al área rival. Eso le salvó, porque el Mirandés no tuvo más opciones, ahogado por el gran despliegue ofrecido por los locales.

En el arranque, a ambos equipos se les notó algo espesos a la hora de darle velocidad al balón. Demasiados errores en los pases, pérdidas y recuperaciones que hacían que al partido le faltara algo de continuidad.

El Mirandés no quiso esperar a ver qué sucedía si el Cartagena les dominaba. Más bien lo que pretendió fue crear una tejida red en medio campo para sujetar a sus oponentes en la parcela ancha del terreno de juego. El Cartagena casi nunca se sentía cómodo con el balón; le costaba triangular o incluso dar dos pases consecutivos, por lo que su fútbol denotaba falta de claridad cuando el balón caía en los pies de los futbolistas de ataque.

Lo intentó Aketxe nada más comenzar con un remate que se estrelló con un defensa tras un gran pase de Chavero. Otra vez el delantero albinegro lo intentó con un cabezazo por la derecha que se marchó muy desviado. Aunque la pareja de centrales albinegros, Zabaco y Moisés, tuvieron mucho trabajo con Eloy Gila y Pito Camacho, lo cierto es que el Mirandés apenas ofrecía sensación de peligro.

Su primera y gran llegada se produjo en el minuto 29 con un gran remate de Eloy Gila de cabeza, que fue respondido por una perfecta intervención del meta ayer albinegro, Marcos.

Tras el saque de esquina el Cartagena el portero local sacó rápido al contragolpe y una carrera de dos auténticos velocistas como Paris y Álvaro González la ganó el segundo. Cedió el balón al centro del área donde Cristo había acompañado la jugada y donde el tinerfeño remató a placer esa estupenda galopada de su compañero.

La primera piedra ya la había conseguido poner el equipo local ante un rival que si bien no es muy dado a golear, tampoco suele encajar demasiados tantos, al menos en lo que va de competición oficial.

Tras el 1-0 el Cartagena quiso tomar las riendas del partido, controlar el balón en todo momento y evitar así algún susto inesperado como reacción inmediata del Mirandés al gol.

Zabaco y Moisés lo tenían bajo control, aunque se fraguaban demasiados errores en medio campo. Pérdidas de balón por no estar atentos, que suponían innecesarios sustos cerca de la portería defendida por Marcos.

El equipo burgalés apretó antes del descanso y el Cartagena tuvo que salvar los escollos emprendiendo rápidos contragolpes que este año se han tomado como fórmula, hasta el momento efectiva, para adelantarse en el electrónico.

Zabaco se retiró en el descanso por unos problemas en la vista tras un encontronazo con un rival, por lo que el entrenador decidió dar entrada a Juan Carlos Ceballos en el eje de la defensa, acompañando a Moisés. El veterano capitán le tocó entonces aguantar las embestidas de un Mirandés que había decidido tener más balón y someter al conjunto cartagenerista.

Sin embargo el bloque local aprovechó una rápida acción entre Cristo Martín y Chavero para hacer el segundo gol cuando transcurría el minuto 53 de partido. El canario recibió el balón desde la derecha y ante el movimiento de su compañero, elevó el mismo para que el exjugador grana pinchara el esférico con la punta del pie. Se le fue el balón algo largo, lo suficiente para despistar a Sergio Pérez que se ´comió´ el cuero y Chavero, que llegaba con velocidad, tan sólo tuvo que empujarlo al fondo de la red.

Pero siete minutos más tarde el Mirandés respondió con una acción de Igor Martínez por banda izquierda, con pase al segundo palo, donde solo, esperaba Eloy Gila para cruzar al fondo de las mallas sin apenas oposición.

El partido ganaba en emoción, como no podía tratarse de otra forma. El conjunto dirigido por Alberto Monteagudo siempre se ha adelantado en los encuentros oficiales que ha disputado hasta el momento, pero también ha encajado en todos ellos.

En el minuto 67 el equipo local tuvo una doble ocasión para hacer el 3-1, con un remate dentro del área de Poley, que despejó Sergio Pérez tras el derechazo del albinegro. En el saque de esquina, un balón al segundo palo no alcanza a meter Álvaro González, eso sí algo escorado, pero en clara posición de gol.

El FC Cartagena no tuvo miedo, al menos en esta ocasión. El preparador había dejado muy claro a sus jugadores que no los quería agazapados debajo de la portería, por lo que los albinegros apretaron en la salida del balón del equipo rival para robar, o al menos no dejarlo que llegara con excesiva comodidad a las inmediaciones de la meta defendida por Marcos. Y lo consiguieron, porque el Mirandés bajó los brazos lleno de impotencia y de frustración.

Mañana será el sorteo para determinar el rival y el 20 de septiembre se jugará el primer encuentro.