Tres calabazas sonadas se ha llevado ya el presidente del FC Cartagena, Paco Belmonte, en este inicio de la pretemporada 2017/2018. La última fue la de Rivero este pasado fin de semana. El club tenía puestas en él muchas ilusiones para que volviera a ser el guía en medio campo en la tercera campaña de Monteagudo al frente del equipo. Pero el cántabro ha decidido aceptar la propuesta del club que le vio nacer futbolísticamente hablando, el Racing de Santander, donde ha firmado un contrato por tres temporadas. Esta negativa a renovar del centrocampista, que desoye finalmente la oferta del Cartagena a pesar de haber prometido a sus dirigentes que solo jugaría en el Cartagena si finalmente se quedaba en Segunda División B, se ha convertido en algo habitual, porque ya lo hemos podido ver en otros dos casos: Gonzalo Verdú y Biel Ribas.

Gonzalo lo tenía 'hecho', según palabras de los dirigentes del FC Cartagena, pero sin embargo decidió irse unos pocos kilómetros más al norte para jugar en el Elche el año que viene. ¿Los motivos?, pues mientras en la entidad aducen que hay clubes que están rompiendo el mercado con propuestas económicas demasiado elevadas, en el caso de Verdú alegó que no hubo entendimiento entre ambas partes, no tanto por la cuestión económica, sino por la falta de una relación más estrecha entre los dirigentes y el propio futbolista. El caso es que Gonzalo Verdú, quien había puesto mucho de su parte para haber permanecido en la entidad las próximas campañas, dijo adiós a una etapa personal corta en su ciudad.

Biel Ribas es el tercer caso sonado del verano que ha desoído las propuestas que le efectuaban desde la ciudad portuaria y ha dirigido sus pasos hacia el eterno enemigo de la mano de Deseado Flores.

Aunque el representante del jugador admitía que la oferta que oyó de boca de los dirigentes cartageneristas era atractiva, no tanto por el dinero sino por las formas empleadas, el jugador decidió hacerle la contra a su representante para aceptar ser jugador del Real Murcia y constatar que la guerra entre uno y otro club se había recrudecido después de que Fernando Llorente, exalbinegro, haya cambiado también de bando.

En las últimas semanas tanto Paco Belmonte como Manolo Sánchez Breis se han quejado con amargura de los sueldos que se vienen ofreciendo esta pretemporada por parte de equipos rivales, que les están haciendo perder no solo posibles llegadas sino también renovaciones. El club quiere, por un lado, mantener a rajatabla su previsión presupuestaria y a la vez ofrecer un producto de garantías, que sea capaz de competir con el resto de equipos en unas condiciones similares. La espantada de Verdú y Rivero, y el papelón de Biel Ribas en su marcha al Real Murcia, han dejado al Cartagena tocado, ya que los aficionados asisten contrariados a las negociaciones infructuosas con dos jugadores que el año pasado fueron fundamentales en el centro del campo para el sistema de Alberto Monteagudo (Gonzalo Verdú y Rivero) y además, el portero que estaba en primer lugar en la particular lista de contrataciones, ha emprendido una huída hacia territorio enemigo.

Los dirigentes del FC Cartagena dicen no sentirse frustrados por lo sucedido hasta ahora y achacan a diferentes motivos la negativa de unos y de otros, aduciendo que es lo normal en el mercado cuando hay varias ofertas para el mismo jugador. Se sienten engañados por Biel Ribas, que les mantuvo hasta el último instante con la esperanza de poder fichar, aunque el Real Murcia les ganó al ofrecer casi el doble de ficha por el futbolista. En el caso de Rivero dicen entender que es su casa y que era lógico que valorase sobre todo esa oferta aunque fuera en Segunda B.

Añaden que si bien los que se han quedado en el camino eran muy buenos para haberlos incorporado al proyecto de la temporada que viene, «los que van a venir también lo son. Esto no ha hecho más que empezar», dicen.

Lo cierto es que a un día de que arranque la pretemporada, el FC Cartagena sigue buscando en el mercado nacional de jugadores para reforzar una plantilla algo escasa de jugadores.

Con once jugadores en la primera plantilla y la previsible salida de Arturo -que la dejaría en diez-aún quedan un 50% de futbolistas por aterrizar en la entidad, y la mayoría de las demarcaciones tienen un déficit importante de jugadores, especialmente en la zona de arriba.

De esta manera, el club albinegro aún debe reforzarse con la llegada de un portero, un pivote, un central, un centrocampista, dos delanteros, dosjugadores de banda y un futbolista sub-23 más.