Unas dos mil quinientas personas no tuvieron problemas ayer para programar el despertador un domingo a la misma hora que un día laboral. Algunos renunciaron a su salida noctura de los sábados, otros se recogieron antes del carrusel de conciertos de La Fica y a los más valientes no les importó disminuir sus horas de sueño para compaginarlo todo con el objetivo de estar presente en el último desplazamiento del Real Murcia este curso en la liga regular de Segunda División B.

Un viaje de menos de 200 kilómetros, un rival que no se jugaba nada y un estadio que sacó la alfombra roja para recibir a todos los aficionados granas que acudieron a La Roda. O lo que es lo mismo, las condiciones perfectas para volver a la capital del Segura cargados de moral para afrontar la fase más decisiva de la campaña y con el maletero lleno del dulce más típico de la localidad manchega.

«Sigue a ese coche, si vamos todos para el mismo sitio», fue la frase más repetida en cada uno de los turismos a primera hora de la mañana por la autovía. Y es que, el goteo de seguidores que se desplazaron hasta La Roda fue constante durante toda la mañana. Las camisetas granas, junto a algunas bufandas en los salpicaderos y diez autobuses en fila india, fueron señas inequívocas de que prácticamente no hacía falta ni abrir el ´Maps´ en el móvil para llegar al estadio.

Un estadio que dio todas las facilidades para acoger a dos millares de huéspedes durante noventa minutos y que dejaron en las arcas manchegas unos 20.000 euros en entradas que ayudarán a paliar los gastos de La Roda esta temporada o para preparar su vuelta a la categoría de bronce la próxima campaña. La grada jugó su papel y el Murcia, pese a llevar puesta la camiseta amarilla, jugaba como si lo hiciera en ´casa´.

La ´mini-Condomina´ de La Roda, con varios seguidores que presenciaron el encuentro de pie detrás de ambas porterías, estalló con cada uno de los cuatro tantos del Murcia. Sin embargo, antes, se vivieron cuarenta y cinco minutos de auténtica agonía y miedo. Mucho miedo. Primero por no llevar el ritmo de juego ante un rival ya descendido y después al comprobar que el Melilla -uno de los rivales directos por el play off hasta ayer- estaba cumpliendo con su parte en Córdoba al descanso.

El pánico se apoderó de Vicente Mir cuando en el minuto 35 decidió sustituir a Roberto Alarcón por Elady. El entrenador grana seguro que consultó varias ocasiones ese puesto con su almohada durante los últimos días y finalmente quiso corregir antes de que fuese tarde. Por eso optó por «buscar más velocidad» antes de llegar al descanso con un cambio que sorprendió a todo el mundo. Incluso al propio jugador murciano, quien tuvo que ser avisado por parte de la grada para girarse y abandonar el terreno de juego.

No obstante, el técnico valenciano afirmó al término del encuentro que está «a muerte con Roberto» defendiendo que fue un cambio táctico para aprovechar las carencias de La Roda. Aunque la sustitución no surtió efecto hasta que el derechazo de Armando a la escuadra del portero Franco abrió los cielos al conjunto murciano en el arranque de la segunda mitad. Un golazo que no pudo presenciar en directo Raúl Moro. El presidente del Murcia escribió a primera hora de la mañana en su cuenta de Twitter que no podía acudir al partido por «un asunto familiar», pero desde el viernes se ha dejado ver por el ´paddock´ de Jerez durante el Gran Premio de España de motociclismo e incluso en las redes sociales apareció en una fotografía junto al piloto lorquino de Moto3 Juanfran Guevara.

Miguel Martínez, vicepresidente del club grana, optó por enfundarse la camiseta y presenciar el encuentro desde la grada, por lo que Deseado Flores, director deportivo se quedó como única representación en el palco. Aunque no estuvo solo. Guillermo Martínez Abarca, máximo representante del Murcia hasta la llegada del grupo encabezado por Raúl Moro en diciembre, también acudió a La Roda para presenciar ´in situ´ desde la zona privilegiada del coqueto estadio, donde muy cerca se encontraba también el exmurcianista ´Tato´, jugador de La Roda, el golpe definitivo del equipo murciano al play off de ascenso a Segunda.

Una categoría que durante muchos años adquirió como suya la sintonía con la que Canal + abría y cerraba las retransmisiones de sus partidos hace unos años, y que ayer se volvió a escuchar en el terreno de juego de La Roda antes de las alineaciones. La cercanía que transmitía el ´speaker´ al esperar los ´oé´ de la grada murciana al cantar los ´onces´ y al anunciar los resultados al descanso de otros campos, también se demostró cuando al final del partido recordó a los visitantes que no se olvidasen de comprar Miguelitos. Una cosa que ya estaba tachada de la lista en el plan de viaje de muchos y que unas horas más tarde se convirtió en el mejor postre para el restro en la hora y media de camino tras cumplir el objetivo.