La imagen del banquillo del UCAM CB Murcia en los instantes finales de la derrota sufrida ayer ante el Iberostar Tenerife lo decía todo. Caras largas, miradas perdidas y cabezas bajas. El conjunto universitario volvió a encajar otra dolorosa derrota en la que prácticamente no tuvo opciones de victoria en ningún momento y estuvo durante muchas fases del juego a merced de lo que quiso su rival.

Cierto es que el cuadro tinerfeño atraviesa su momento más dulce, que le ha otorgado la vitola del equipo revelación de este curso en la Liga Endesa, pero las diferencias que se vieron sobre la pista fueron mayores que las que realmente existen entre ambos conjuntos. Y la mayor parte de culpa de eso residió en una pasividad defensiva por parte del UCAM, que intentó enmendar en los minutos finales cuando ya no había solución. Con tres victorias y ocho derrotas en once jornadas, el equipo que dirige Óscar Quintana se encuentra más cerca de los puestos de descenso que de la zona templada de la tabla.

De hecho, si el Joventut llega a vencer ayer los universitarios hubieran entrado en la zona peligrosa. El parón de la semana pasada del UCAM en la ACB, y las buenas sensaciones del miércoles en Málaga, parece que han servido para poco. Sadiel Rojas, que ante el Unicaja sufrió una doble fractura de nariz, saltó de inicio con una máscara protectora en contra de la opinión del cuerpo técnico y de los servicios médicos, que le aconsejaron que parase unos días. Sin embargo, el compromiso y la actitud sobre la cancha del dolorido alero fue lo poco salvable del UCAM ante el Ibersotar Tenerife.

El equipo murciano dio la impresión de no contar con un rumbo claro y que Quintana tiene demasiados frentes abiertos que solucionar después de lo que se vio por televisión en algunos tiempos muertos. Facundo Campazzo volvió a dejar jugadas espectaculares, pero de nuevo optó por resolver varios ataques en estático desde el lanzamineto exterior sin suerte, donde volvió a quedar claro que el perímetro no es el mejor aliado del argentino esta temporada.

Y es que la falta de ideas en ataque del UCAM con marcadores igualados también comienza a ser preocupante. A pesar de que los universitarios arrancaron el partido con un parcial de 9-16 después de dos triples de Benite y el acierto de Radovic y Rojas. Txus Vidorreta, entrenador del Tenerife, solicitó tiempo muerto para lograr la reacción de los suyos y consiguió el efecto deseado con un parcial de 5-0 que terminó consumando la remontada local con una técnica señalada sobre Benite (20-18).

Parecía que pintaban bien las cosas para el conjunto murciano después de plantarle cara al Tenerife en los primeros diez minutos. Sin embargo, el UCAM se diluyó en el segundo cuarto hasta tal punto que en ocasiones hizo aguas en defensa. Dos triples de Bassas y las apariciones de Fran Vázquez y Javier Beirán provocaron la primera ventaja local, después de que Antelo y Faverani fueron los únicos capaces de anotar (33-22).

Billy Baron cortó la mala racha con un triple, pero fue entonces cuando Beirán, que se retiró lesionado al término del encuentro tras un feo gesto en su rodilla, hizo lo que quiso con la defensa del UCAM. Ovie Soko se metió pronto en problemas al cometer su tercera falta y los tinerfeños siempre encontraban un hombre liberado en sus ataques (38-30). Los universitarios fueron incapaces de rebajar la distancia de los diez puntos y el Tenerife se marchó con un resultado cómodo al descanso (45-32).

En la segunda mitad apenas cambió el guion del encuentro. El UCAM se vio pronto muy mermado por la cantidad de faltas que acumulaban Soko, Rojas y Benite y se volvió a nublar en ataque, pese a un canastón de Radovic y otros dos puntos de Delía en la primera jugada en la que los universitarios pudieron correr al contragolpe (47-38). El ritmo pausado del encuentro provocó que no se produjera una mínima reacción visitante.

Sin embargo, la entrada de Martynas Pocius, que hasta entonces no había saltado a la pista, dio paso a un tímida golpe en la mesa del cuadro murciano que volvió a cortar Vidorreta con un tiempo muerto (55-47). El Iberostar Tenerife volvió poner el pie en acelerador para cortar por la vía rápida cualquier posibilidad de darle vida a su rival y a partir de ahí se dedicó a administrar la ventaja hasta el final del choque (66-52).

Un triple de Abromaitis abrió el último cuarto, al que pronto contestaron Radovic y Campazzo. Pero las eliminaciones por faltas de Benite y Rojas fueron un problema más para el UCAM ante un Tenerife que ya se veía con la victoria en la mano (73-58). El conjunto universitario decidió alargar la agonía, en lugar de aceptar los motivos que le habían llevado a ese marcador, y optó por intentar arañar alguna posibilidad para pelear por el triunfo mandando a la línea del tiro libre a los jugadores locales menos efectivos en esa faceta (81-67). De poco sirvió, nada más que para prolongar unos minutos más el encuentro (90-84).