El Real Murcia se quitó ayer en Linares un peso de encima. Y lo hizo de la forma más difícil posible, sobreponiéndose a la expulsión de Adrián Cruz en el minuto 24 del encuentro. Mientras los aficionados murcianistas se echaban las manos a la cabeza al escuchar que el centrocampista -esta temporada ya se ha perdido cuatro partidos por sanción- veía la segunda amarilla a las primeras de cambio, el central Golobart utilizaba la testa para, solo dos minutos después del varapalo, rematar una falta y conseguir un gol que acabó significando el primer triunfo a domicilio del conjunto dirigido por Paco García.

El defensa catalán enseñaba el camino de la victoria y sus compañeros se pusieron el mono de trabajo para poner fin a una crisis de resultados que colocaba al Murcia al borde de la zona de descenso. Ese trabajo permitía a los visitantes aguantar hasta el final, olvidándose del manual de fútbol de su entrenador y apostando por un juego práctico y eficaz con el que consiguió neutralizar a un Linares que apenas creó situaciones de peligro. Eso sí, el buen trabajo defensivo de los murcianistas no significó una renuncia a salir a la contra para asegurar un marcador que finalmente no se movió.

En otro ejemplo más de que Paco García, ayer de nuevo en la grada por sanción, no tiene la fórmula mágica para encontrar un once fiable, la alineación volvió incluir sorpresas. Titi, uno de los pocos futbolistas que se había salvado de la quema, aparecía en el banquillo, mientras que Isi y Germán eran los elegidos para ocupar los extremos. Con Wilson Cuero repitiendo como '9', en el centro del campo Armando recuperaba su sitio por detrás de Adrián Cruz y Diego Benito -éste último también volvía tras sanción-. Más cambios llegaron en defensa por la lesión de Sobregrau y la ausencia de José Ruiz.

Fue para el Linares la primera oportunidad del choque, pero Corpas no llegó a conectar con el pase de Curto tras una arriesgada cesión de Fran Morante a Diego Rivas. Pasado el susto el Real Murcia llegó en dos ocasiones a la meta de Lopito, pero sin peligro. El equipo murcianista conseguía sacudirse el dominio del Linares a partir del minuto diez y tras un fuera de juego señalado a Cuero, pidió penalti por un derribo a Cruz. Serían después los jugadores del Linares los que pedirían una falta de Cruz tras golpear con el codo a Cuerva en lo que reflejaba la intensidad de un partido muy disputado. Y no sólo recibió la amarilla el centrocampista grana, sino que también la vio Golobart por protestar. No le interesaba al Murcia caer en las provocaciones de los linarenses.

En ese marco de tensión, se paró el juego para que Fran Morante fuese atendido por unas molestias, aunque el central regresó al campo cojeando. Superada esa incidencia, el Murcia se puso a jugar a fútbol e Isi lo intentó con un lanzamiento desde la frontal que se marchó por encima del larguero. Y cuando parecía que el Murcia estaba más cómodo, Adrián Cruz recibió la segunda amarilla -otra vez por dar un manotazo a un rival- y dejó a su equipo con diez con demasiado tiempo por delante. Pero sólo dos minutos después y cuando se suponía que el equipo grana estaría en proceso de reconstrucción, Golobart marcaba de cabeza al lanzamiento de una falta para poner a su equipo por delante, una reacción de coraje de un Murcia que lejos de victimizarse optó por sacar el orgullo con el gol del catalán.

Con el 0-1 y como era de esperar, el Linares pasó a tener la posesión, mientras que el Murcia se mantenía en su campo cediendo la iniciativa a un Linares que comenzaba a jugar con ansiedad y que no lograba plasmar su superioridad numérica. Los granas, eso sí, se veían obligados a hacer más faltas e Isi veía también la cartulina amarilla. La presión del Linares obligaba al Murcia a dar un paso atrás y pudieron empatar los locales en un espectacular remate de chilena de Curto a pase de Gamiz que salió a unos metros por encima del larguero.

Paco García, desde la grada, sufría por los suyos, aunque el Murcia tocaba y tocaba para evitar que fuera el Linares el que tuviera el balón. Pero lógicamente le costaba a los granas generar ocasiones y en una que fabricó el colombiano Wilson Cuero estuvo muy lento para rematar tras un gran pase de Paris Adot. Se adelantó Lopito y conjuró el peligro, llegándose así al final de la primera parte.

Tras el descanso, el Murcia decidió salir sin complejos. Paco García no hizo cambios, pero su equipo intentó estirarse y nada más ponerse el balón en juego Cuero se internó por banda regalando un pase de la muerte que no encontró rematador, pero era una declaración de intenciones. Lo que se confirmó con un remate a cargo de Armando que detuvo Lopito. Buscaba el segundo el Murcia, con el que podía sentenciar el encuentro. Pero la apuesta visitante no podía sostenerse porque la superioridad numérica del Linares le permitía ocupar mejor el campo y tener más tiempo el balón.

Dos saques de esquina seguidos botó el equipo local para avisar al Murcia de que quería mandar en el partido. Pero aguantaba bien el Murcia a un rival que sólo llegaba al área murcianista a balón parado. Los de García mantenían el orden, las líneas juntas y una gran solidaridad que minimizaba el lastre de jugar con uno menos.

Hizo su primer cambio el Murcia con la entrada de Titi para dar más solidez al centro del campo. Y en una nueva jugada de ataque de los murcianos, Isi, que se echó el equipo a las espaldas, puso a prueba a Lopito desde lejos, pero el portero local respondió con una gran intervención.

Hizo Paco García el segundo cambio al quitar a Wilson Cuero, bastante desafortunado, dando entrada a Borjas en su lugar. Para entonces, el Murcia buscaba ya recursos como la pérdida de tiempo y Rivas fue amonestado por ello. No por ello perdía el Murcia la oportunidad de buscar el segundo gol y Armando también lo intentó aunque sin puntería. A falta de dos minutos para el final Paco García propició el debut de Álvaro Moreno. Prolongó el árbitro cuatro minutos el partido y aún tendría el Murcia otra oportunidad en un remate de Armando que salió fuera ante un Linares impotente que acabó rindiéndose a la firmeza de un sólido Murcia.

Así, por fin, los granas regresan a casa con tres puntos en el bolsillo. Y, curiosamente, lo hicieron con un gol a balón parado e imponiendo el trabajo defensivo y la fortaleza física y mental a las florituras en el juego. Dos ingredientes que no solo no aparecen en la receta de Paco García sino que hasta el momento el técnico grana había intentado esquivar por activa y por pasiva.