Si el gran caballo de batalla que viene sufriendo el FC Cartagena esta temporada es el problema que tienen sus atacantes para hacer goles, todo lo contrario ha sucedido en el aspecto defensivo, sobre todo en las últimas jornadas, en las que se aprecia un descenso más que significativo de tantos recibidos en esa parcela. El bloque albinegro suma ya cuatro jornadas de forma consecutiva sin encajar un tanto y además tan sólo ha recibido uno en las seis semanas que el preparador manchego lleva en el cargo. En este periodo el FC Cartagena se ha enfrentado a rivales de la parte baja de la tabla clasificatoria y a oponentes de arriba, lo que demuestra que los zagueros se han desenvuelto bastante bien en todo tipo de situaciones y ante cualquier adversario al que se hayan enfrentado.

Quizá el gran quebradero de cabeza del entrenador nada más aterrizar fue saber cómo evitar esa fragilidad defensiva, que lastraba de forma alarmante la trayectoria de los albinegros. Hasta su llegada, el equipo cartagenero había recibido 25 goles en 23 encuentros, más de un gol por partido. Además, en las últimas semanas había perdido tres encuentros consecutivos: Cádiz, Linense y Sevilla Atlético, en los que vio cómo esas estadísticas se afeaban más con seis goles en tres jornadas. Esos números fueron definitivos para que la dirección de la entidad decidiera destituir a Víctor Fernández y buscara un relevo de forma urgente que pusiera orden atrás y motivase a los futbolistas con otro estilo, ya que por esa fecha la plantilla andaba algo deprimida por la mala trayectoria a sus espaldas.

Monteagudo se puso manos a la obra y a pesar del decepcionante empate a cero con el colista, luego llegó la victoria en casa ante el Mérida por un claro 3-1 y, además, la sensación de que estos futbolistas habían aprendido a ganar y defendían su marcador a favor con el balón en los pies.

El entrenador ha querido siempre que la defensa empiece por la presión al oponente, la solidaridad en las acciones y la buena colocación de su equipo a la hora de recibir al contrario. No ha hecho nada especial ni mucho menos ha tenido que recurrir a otros jugadores para sacarlo adelante, más bien al contrario. Siguen siendo Ceballos, Jesús Álvaro, Moisés, Verdú y Ayoze los habituales en la línea de atrás, al igual que Limones en la portería.

Eso sí, el equipo se repliega bien, los centrocampistas acuden ahora con mucha más celeridad a los apoyos que requieren sus compañeros en defensa y, curiosamente, así lo hemos visto en el caso de Menudo por la izquierda, Cristo Martín -significativa, por cierto su mejoría en las últimas semanas- y Juanlu Hens, quien incluso ha llegado a jugar de lateral derecho en determinados momentos.

Destacar sobre todo lo bien que se han acoplado los tres centrales esta temporada. Van alternando su titularidad dependiendo de las circunstancias físicas o de las sanciones, pero tanto Moisés, como Gonzalo Verdú y Ayoze están ofreciendo un nivel por encima del resto de sus compañeros de equipo esta temporada. Sin duda se puede decir que es la parcela del campo que mejor está respondiendo a día de hoy. Una virtud que será fundamental en el último tramo de la liga regular en el Grupo IV, y en el que los albinegros intentarán acabar entre los ocho primeros para conseguir una plaza que les permita jugar la próxima edición de la Copa del Rey.