El UCAM Murcia cumplió en la visita de Estudiantes al Palacio y venció, no tanto por las dificultades que planteó un rival mermado, si no por los propios errores del equipo local, que hasta que no cambió su actitud defensiva y ajustó su ataque, que había volcado sin éxito en el tiro de tres durante la primera parte, no pudo imponerse a un equipo, el de Ocampo, que finalmente se quedó sin argumentos y muy desgastado. Pese al triunfo, tras los resultados de ayer, las opciones de entrar en la Copa del Rey que tienen los de Katsikaris son remotas, puesto que deben perder tres de los cuartro equipos que están por delante en la clasificación (Unicaja, Andorra, Bilbao y Fuenlabrada), además de ganar en Tenerife y que el average general sea mejor que el del resto de los implicados.

El partido de ayer no careció de emotividad por ser el último de Lima en el Palacio con la camiseta murciana y también por la vuelta de Diego Ocampo, esta vez como rival, tras haber sido uno de los artífices de la mejor campaña de la historia del club.

Lima, como siempre, destacó (15 puntos y 23 de valoración) pero estuvo secundado esta vez por Benite, con un partido muy completo y Cabezas, muy acertado desde la línea de tres puntos. Por parte estudiantil, Jaime Fernández y Laprovittola fueron de los poco aprovechable de un equipo lastrado por la baja de Nacho Martín. El partido comenzó prometiendo más bien poco desde el inicio. Ya en los primeros cinco minutos, la inusitadamente lenta evolución en el marcador explicaba la naturaleza del choque, con unos porcentajes pobres en los que poco tenían que ver las defensas.

Mientras el Estudiantes hacía lo que podía, el UCAM volvía a abusar del lanzamiento de tres puntos con escasísimo éxito (1/11) mientras era mucho más efectivo las pocas veces (4/5) que el equipo buscaba dentro la superioridad de hombres como Faverani o Antelo.

En vista de la puerta abierta por su rival, Ocampo hizo a su equipo incidir en la zona para obligar a los lanzamientos lejanos y consiguió, a pesar de que el Estudiantes estaba igual de mal que los locales, llegar al final de los primeros 10 minutos con un marcador ajustado y corto (13-11).

Porque en el segundo cuarto la tónica no cambió demasiado. El Estudiantes jugaba con sencillez y poca efectividad, aunque suficiente para mantener a tiro e incluso superar en el marcador (13-14) a un UCAM que seguía destrozando la estadísca en tiros de tres puntos y no mostraba signos de poder cambiar la dinámica. Cada vez que intentaban jugar interior, las posibilidades de éxito incrementaban exponencialmente, y aún así no era tomado como norma. Katsikaris tuvo que disfrutar de hasta dos tiempos muertos en busca, quizá, de una explicación, pero lo cierto es que sirvió de poco, porque el UCAM Murcia encajó un parcial de 0-9 que rompió lo que hasta entonces había sido un intercambio de canastas más o menos equilibrado por lo bajo.

Las ventajas se siguieron alternando, con el UCAM sostenido en el tiro de media distancia de Lima y los ocasionales tripes de un Cabezas que parecía el único con la muñeca afinada. Aún así, el Estudiantes acabó por delante al descanso gracias a tirar de sencillez en ataque y reservar un par de sorpresas en defensa (como el 'trap' en el centro del campo'), algo que bastó para someter temporalmente a un UCAM desconocido (35-36).

Para el tercer cuarto, afortunadamente, el UCAM comprendió que el ansiado equilibrio no iba a llegar sin normalizar el juego y los porcentajes. En cuanto el equipo hizo entrar en juego a Lima y Radovic y a acercar el juego ofensivo al aro, reservando el tiro de tres ocasional para los aciertos de Wood y Benite, se empezó a distanciar de un Estudiantes con pocos recursos.

Benite, por cierto, fue el catalizador del juego a la vuelta de vestuarios, asumiendo el protagonismo absoluto para bien con una gran defensa, anotación y generación de juego para sus compañeros. Al final se tuvo que retirar por precaución por las faltas, pero sus compañeros cogieron el testigo y subieron un punto el rendimiento defensivo para ir atando el partido a falta del último cuarto (57-52).

En el acto final el cambio de tornas se terminó de reflejar en el marcador, y las primeras ventajas de más de 10 puntos aparecieron a favor de los locales (64-52). El Estudiantes acabó tirando la toalla cuando se vio demasiado limitado en sus opciones para darle la vuelta al partido dada la solidez que habia adquirido el UCAM Murcia a medida que el partido llegaba a su final con un importante triunfo para los locales.